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Socialización del delito

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¡QUE CONSTE,… LOS OLVIDADOS!

POR SÓCRATES A. CAMPOS LEMUS.

         Ya se ha comprobado en muchos lugares la estrategia de los grupos criminales y la protección que gozan con autoridades, policías, grupos paramilitares, banqueros, comerciantes, industriales y de cómo han logrado ejercer un amplio nivel para que los grupos sociales se afilien a sus causas de tal suerte que con los recursos provenientes del narcotráfico, policías y delincuentes han logrado establecer un amplio mecanismo de lavado de dinero y de negocios con los moto taxistas, con los grupos de huachicoleros, con los políticos encumbrados, con los traficantes de armas, gentes, drogas, mercancías y con los comerciantes, en donde se venden los artículos de contrabando o los clonados, y así, ante la falta de empleo y la falta de cultura y de valores familiares hay muchos jóvenes que son su base de operaciones y de apoyo “popular”.

         En Tamaulipas, Puebla, Oaxaca, Michoacán, Guerrero, Veracruz, Tabasco, Chiapas, Durango, Estado de México, Hidalgo, en fin, en casi la mayor parte del país, pululan los grupos que comercian con todo tipo de bienes, con gasolinas y con artículos robados, con organizaciones sociales o sindicales y sobre todo, con el tráfico de drogas que mantiene en sus filas a los grupos enviciados y dependientes de ellas, y así, ante los grupos de jóvenes, los malandrines se presentan como “jefes de jefes” y como “dirigentes sociales” a los que se imita y venera, tal como lo hemos visto en el sepelio de “el Ojos”, donde cientos de seguidores, gritaban como si fuera un sepelio de algún dirigente social o político encumbrado en la oposición: “¡se ve se siente, Felipe está presente!” y ahí, desafiando a los policías a los que muchos de ellos saben tienen relaciones con los jefes de jefes y que lo “ven todo” y por lo que nadie escapa de sus garras y de la venganza de sus sicarios y del castigo a los traidores o a los políticos que recibiendo grandes sumas no saben controlar la zona y avisar de inmediato de los operativos que se generan para destruir el poder de los malandrines, como el Ojos, por tal motivo, parece ser que los hermanos y el mismo Delegado Político de Tláhuac, también, fueran enterrados con su protector y financiero en el panteón de San Lorenzo Tezonco, Iztapalapa y con ello se coloca un serio y brutal golpe a MORENA, y se inician las acciones en contra de López Obrador, y que no nos vengan con el cuento de que se hacen esas acciones para frenar su prestigio o para acusarle a él de protección de políticos malandrines que existen, también, en su organización, como existen en los demás partidos… lo grave de este asunto, y es en lo que debemos centrar la visión es que el narcotráfico ha logrado fortalecer no solamente la “socialización del delito” sino de convencer a amplios sectores de que sean sus grupos de apoyo y sociales de protección, tal como se ha visto en las acciones políticas de protesta que se realizaron en el 2006, en Oaxaca, donde los verdaderos miembros de los bloqueos eran nada menos ni nada más que los grupos de delincuentes y de viciosos que eran pagados por manos misteriosas para sostener la “lucha popular”, generando un gran conflicto “social” que se diluyó en cuanto dejaron de recibir recurso financieros y drogas para mantener los bloqueos y plantones. Lo mismo sucede en Puebla, donde los huachicoleros son gentes del pueblo que ganan y trabajan distribuyendo los combustibles robados, alegando que ellos venden más barato los combustibles que, se olvidan, ya no son de los mexicanos sino de los grandes empresarios y extranjeros que controlan la industria… así que cuando eso sucede, entonces sí las autoridades combaten el robo de combustibles porque no se podrá convencer a los inversionistas nacionales y extranjeros sobre la seguridad de sus inversiones, mientras tanto, se ordeñaron miles de miles de litros cuyos ingresos fueron a parar a bolsillos de políticos, policías, banqueros, empresarios, financieros, y se destinaron cientos de millones de pesos a financiar campañas políticas desde Puebla y para el beneficio de algunos políticos de esa entidad y cuya protección se alcanzaba hasta para evitar las investigaciones que incluyeran a sus más importantes jefes de la policía y a los políticos de la operación Puebla… así que ahora, sí entendemos la gravedad de esos hechos y actos ligados a la narco política y la narco delincuencia .

         El delego de Tláhuac, Rodrigo Salgado y sus hermanos mantienen un fuerte control de los moto taxistas y es por este mecanismo que se realizan la distribución de drogas y el control de la zona por medio de halcones que, ahora, explica el jefe de gobierno, cobran un promedio de dos mil pesos a la semana, y en una zona donde la desocupación, la marginación, la pobreza es alta, esos mecanismos y salarios convencen a muchos de entrar en el juego y jugarse la vida y la libertad antes de continuar en la pobreza y el abandono. Esto no quiere decir que por ello se justifica lo que está sucediendo, no, lo deben tomar en cuenta los políticos, porque ellos son los responsables de que eso suceda de tal suerte que deben ser investigados al lado de los policías, banqueros, empresarios y comerciantes que forman parte de ese grupo criminal y hacen posible el manejo de sumas importantes de recursos que son reciclados a la economía informal y la economía formal, y en todo este proceso, contando con la protección y la impunidad que garantizan políticos y policías en la zona. Hoy, vemos cómo los grupos de autodefensas salieron por ese proceso de apoyos sociales a los grupos de narcotraficantes y la organización social y política por medio de organizaciones sociales y sindicales, y así, se extienden sus influencias y el control en todo el país en  las zonas marginales en grave desgaste nacional, porque la violencia es ya incontrolable y la inseguridad la constante por la culpa, ambición y complicidades de políticos corruptos al lado de sus policías…en la contienda del 2018, no hay duda, ingresarán grandes sumas de las narcofinanzas.