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Niños de alcantarilla

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Niños de alcantarilla

Por: Claudia Heredia

“Los niños y los jóvenes representan futuro pero son nuestro presente tesoro valioso de todo Estado y País, sembremos en ellos el gusto y pasión por la lectura y el ejercicio de todos los valores, porque hoy niños, mañana ciudadanos  de bien.”

Dicho pensamiento surgió a partir de las estrategias sociales de estimulación de la lectura “Reto Público por los Niños y Jóvenes 2017” y “Ruta de la Lectura por los Niños y Niñas 2018” que a través de la Sala de Lectura Infantil y Juvenil “Vive Mejor Ciudadano” un espacio que nace el 30 de Abril de 2017, como regalo público de parte de la Asociación con el mismo nombre (Vive Mejor Ciudadano) para la niñez y juventud de la comunidad de Victoria y la Región en Tamaulipas.

Ahora con los primeros meses del año 2019, ese mismo espacio lanzó “Futuro Brillante y Mundo Libre y Paz 2019” como respuesta a la búsqueda de mejores condiciones de vida de miles de niños, niñas y adolescentes, que viven literalmente en las alcantarillas.

Como ciudadanos, como personas, pero sobre todo como seres humanos, debemos sensibilizarnos e involucrarnos en la causa que apuesta por la humanización y dignificación de los menores en un asunto que lastima a nuestra sociedad profundamente y agrede a los derechos humanos de los peques y los chavos cuya única realidad es la violencia, el hambre y consumo de drogas.

¿Sabía Usted estimado lector, que los niños, niñas y jóvenes en situación de calle, tienen precisamente a la calle como hogar y la miseria como herencia, donde además son blanco fácil de la delincuencia? Por supuesto también victimarios.

Poco más del 70% de la niñez que vive en la calle, debajo de las alcantarillas, son menores de 16 años, ¿Eso no le duele estimado lector? A una escribidora también y mucho sobre todo cuando se es padre o madre de familia, porque si por un momento imaginamos que nuestro hijo o hija fuera un niño de la calle, entonces nada te detendrá para tratar de rescatarlos de las garras de la miseria por la que atraviesan y las penurias que padecen.

Un refugio, donde les proporcionen techo y alimento es muy bueno, más no suficiente, y las organizaciones de la sociedad civil que han dedicado su vida a ayudarlos, lo constatan porque déjeme decirle que un niño o niña de la calle como toma el plato de comida y duerme una noche en el refugio, así mismo a los pocos días vuelve a la calle. Su realidad es más infernal que el oscuro y frío lugar donde habitan  debajo de las ciudades.

Por ende, no es casualidad que el tema se ha rezagado por décadas y quienes se atreven a sostener que su único destino es negro como la noche que seguramente ellos finalmente niños,   tienen miedo.

¿Por qué no hacemos algo como sociedad? Por qué no dejamos colgado por un instante en el perchero el egoísmo y hacemos cada uno desde nuestra trinchera algo  al respecto.

México ocupa el octavo lugar con niños y niñas en situación de calle, solamente por debajo de la India,  Brasil, Rusia, Estados Unidos, Egipto, Kenia y  Filipinas, según fuente del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, que por cierto reporta a nuestro país con más de 105 mil infantes en la referida condición.

Que nuestros niños y jóvenes lean, sí que lean, pero esta vez una mejor historia en su propia vida, si todos nos unimos en torno a esos pequeños que ni usted ni yo vemos porque son niños de alcantarilla.

La autora es escritora y activista,  promotora cultural e impulsora de Espacio Literario Infantil y Juvenil “Vive Mejor Ciudadano”. Miembro de Comité Plural Noreste de México.