Home Opinión Nazario Assad Los huérfanos del deporte

Los huérfanos del deporte

0
Los huérfanos del deporte

Por Nazario Assad

Un equipo deportivo representa para una ciudad algo mucho más profundo para ella que el deporte que este practica en sí. Cuestiones como identidad, pertenencia, representación, comunidad, orgullo y estados de ánimo, son algunas de ellas en el mero ramo emocional; sumado a todo lo que significa en empleos, turismo, y toda derrama económica que conlleva.

Elegir el ser aficionado a un equipo, no es una decisión a la ligera o que se pueda cambiar, existe el famoso dicho que dice “Antes se cambia de esposa, que de equipo”. Cuando se elige apoyar a un equipo, del deporte que sea, se toma el compromiso de estar en las buenas, en las malas y en las peores. Pero, ¿qué pasa cuando al aficionado le arrancan al equipo?

Las mudanzas de franquicias deportivas, si bien no son algo común en el deporte, son un fenómeno que estamos viviendo cada vez más seguido, en buena parte por la prioridad del negocio sobre la historia y el romanticismo. Hay deportes donde suele verse más que en otros, como por ejemplo el fútbol americano y el basquetbol de los Estados Unidos. En el fútbol es muy raro a nivel mundial, a excepción de nuestro querido México, donde es una de las peculiaridades de nuestro balompié.

La franquicia futbolística de Morelia, si bien no se distinguía por ser la más ganadora, sí podía presumir de permanecer en la misma sede desde su fundación hace 70 años, además de tener una conexión y arraigo con su afición importantes, volviéndose una de las plazas de fútbol de México con mayor folklor. Hoy, tanto el estado de Michoacán como la ciudad de Morelia, por motivos ajenos a ellos, quedan huérfanos de fútbol por la mudanza de su equipo a Mazatlán.

La afición de Monarcas Morelia sufrirá el destino que pasaron Colibríes, La Piedad, Veracruz, Lobos, Indios, entre otros tantos; Ver a su equipo desaparecer, y con ello dejándoles un vacío emocional importante y difícil de llenar, además de una numerosa cantidad de familias sin trabajo y sustento económico.

Al aficionado mayor le quitan su equipo de toda la vida y probablemente no tomen otra afición, al menor, le quitan la ilusión naciente de alentar un equipo. Explicarles a los niños de Morelia el porqué ya no podrán acudir los viernes de cada quince días al Estadio Morelos será complicado, ya que no solamente será eso, simplemente ya no existirán sus Monarcas, les fueron arrebatados por decisiones corporativas, de una empresa que hace mucho dejó de interesarle el fútbol.

Hoy son tiempos difíciles para los morelianos, no bastando estar en plena pandemia, les quitaron su identidad deportiva. No fueron suficientes las marchas de protesta, o los esfuerzos de las autoridades estatales para poder mantener al equipo, su destino ya estaba decidido y sin titubeos. Morelia se ha convertido en otra víctima huérfana del deporte, mucho ánimo, y ojalá pronto puedan encontrar la forma de volver a tener fútbol en su ciudad, ese vacío y tristeza que deben tener, no se le desea nadie.