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La imagen de México que no lo queremos

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La imagen de México que no lo queremos

Por: Nayeong Kwon

En una conversación sobre México, es muy común escuchar de los temas como la desaparición, corrupción, asalto, robo, narcotráfico, violencia y acoso sexual. De tantos crímenes que hay por cada día, las cifras ya no son sorprendentes como lo deberían de ser las elevadas estadísticas de la delincuencia.

La injusticia, el vivir como una víctima, el miedo, el ser un perjudicador por ser víctima de una sociedad que no provee, se han vuelto algo ordinario en la vida cotidiana de un residente en México. Claro, hubo acciones, manifestaciones, protestas, propagandas, noticias, artículos y hasta libros extendidos donde muestran a la comunidad que se esfuerza para reducir e informar los crímenes presentados; sin embargo, los frutos de aquellos sacrificios no han sido cosechados según la intención, o, hasta en la actualidad están en su estado verde e inmaduro, agrio al sabor.

Todo el ciclo de preguntas redundantes que nunca son respondidas como deben de ser por el gobierno queda resonando retóricamente: ¿Cómo se tiene que resolver el dilema de la injusticia en México?, ¿cuánto más tienen que sufrir las víctimas y sus cercanos para que el gobierno se dé cuenta de la gravedad de nuestra realidad?, ¿cuánto más debe de empeorar las circunstancias en el país para que realmente se den acciones para cambiar la imagen y el estereotipo negativo del país?

Es imposible resolver los problemas mencionadas anteriormente de un día para el otro. Para ello se necesita invertir tanto en dinero como el tiempo en los elementos fundamentales como la educación, la salud, la vivienda y el trabajo, así proveyendo la atención y la dedicación adecuada a la clase social que ha sido abusada para la simpatía de un gobierno que prometía su enfoque y cuidado de ella.

Históricamente, México siempre ha tenido seres valientes y tercos quienes luchan por el bienestar de los ciudadanos, pero en este preciso capítulo del presente, vemos un conjunto de la mayoría quienes viven acostumbrados a formar parte de una comunidad donde los delitos son rutinarios.

No es posible que un país que ha concebido tantos héroes nacionales se acobarde con la excusa de “estar acostumbrado” ante toda las injusticias y violaciones a la seguridad de cada individuo. Da más triste aún que los mismos ciudadanos digan, “pues así es México”; “pues mira, este es un país donde todo es posible menos el combatir con la justicia”– ¡Y lo dicen con tanta indiferencia! Estos dichos no son justificaciones ni razonamiento tras el hecho que uno vive temblando cada día.

Lo que empeora la situación de México, a pesar de todos las delincuencias que se presenta en México, es la falta de información acerca de estos problemas. No todas las personas tienen la misma oportunidad para acceder a las informaciones, mucho menos se respeta la libertad de expresión, porque no sabemos qué le puede pasar a los que quieran descubrir la corrupción.

Es un proceso muy largo y devastado arreglar lo que se tiene que arreglar, lo que nos demuestra la realidad es que no importa cuánto esfuerzo se haga, porque lo que regresa es una realidad miserable, es evidente que ningún esfuerzo pueda resolver los problemas que se enfrentan los mexicanos. Los medios de comunicación y todas las actividades generadas por los mismos ciudadanos a combatir los delitos se vuelven cada vez más intenso pero los problemas son cada vez más y más depravado. Y esto, las respuestas generadas dentro del país es el imagen que tiene él, y esa imagen la hace tanto los ciudadanos como los gobiernos que representa a ellos.

Si los mismos ciudadanos no hacen su propia imagen del país, y que diga una respuesta que los problemas no se puede arreglar por los gobiernos, por las circunstancias que tienen, estas respuestas no son válidas para justificar las perspectivas negativas de México. Si nadie se preocupa por el imagen de su país, es imposible construir una sociedad estable, en caso de México, a pesar de todos los esfuerzos que hacen los ciudadanos para tener una vida con más seguridad, sigue viendo una vida violenta y peligrosa. Lo que nos interesa es la solución, la respuesta al respecto los problemas del país y la imagen de México sigue siendo la desaparición, la corrupción, asalto, robo, narcotraficante, violencia, acoso sexual y secuestro.