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Jovencita indigente busca ayuda

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Jovencita indigente busca ayuda

Por: Eusebio Ruiz Ruiz.

Afirma llamarse Herisabeli Carrera, tener 20 años de vida, originaria de Cd. Victoria, haber vivido en la colonia Guadalupe Mainero, dice tener un hermano y ser hija de Heriberto Carrera, desde hace un año su hogar es la calle.

Un pantalón negro, playera de rayas y una chamarra en color amarillo, sucios y en muy mal estado, cubren su delgado cuerpo.

La fotografía que aparece acompañando a este comentario no corresponde a Herisabeli, se negó a que se le tomara, “no me gusta”, “no quiero”, dijo, al tiempo que ocultaba su rostro; por respeto a su persona, no tomé la foto.

El pasado 23 de octubre, al salir de la tienda de autoservicio ubicada en los 3 y 4 ceros Alberto Carrera Torres, la encontré, le ofrecí una moneda de poco valor, de inmediato su gesto y su sonrisa expresaron gratitud, me preguntó: “¿cuánto costará un cereal?”, entendí que tenía hambre, me regresé a la tienda por unos alimentos y se los ofrecí, los tomó, nuevamente brotaron de sus labios la sonrisa y varias veces dijo la palabra “gracias”.

La escasa y pasajera ayuda que ofrecí no tiene importancia, eso es lo de menos, lo que verdaderamente importa es que este comentario trascienda hacia alguna institución que pueda brindar todo el apoyo que esta jovencita requiere. Quizás sea tarea del DIF o de la orden religiosa de las “Madres del Refugio”.

Por la extremada falta de higiene se encuentra maloliente, incluso se puede juzgar que está mal de sus facultades mentales o que la acompaña la pesada carga de algún vicio, pero al parecer no, su diálogo tiene lógica, es lúcido, claro y ágil, se percibe que tiene un correcto y amplio vocabulario.

El domingo 30 de octubre la volví a ver en el mismo lugar, alguien le había donado un plato con pozole, comía con lentitud, le pregunté que si me reconocía, de inmediato contestó que sí, la sonrisa no faltó, e iniciamos la plática.

Asegura tener miedo por las noches, “las calles están muy feas, aquí a la vuelta mataron a una muchacha, ¿no supo?, salió en el periódico, busco los lugares en donde hay luz, movimiento y gente para poder dormir, no puedo defenderme”, explica que se lesionó un brazo al caer, “le ayudaba a un amigo a lavar platos, pero me caí y ya no me quisieron dar trabajo, ¿cómo me defiendo?, además la fuerza de un hombre no es como la de la mujer”.

Vive en la calle, según comenta, porque su madre le pidió que abandonara su casa, “regresé de un día de paseo, mi mamá me dio doscientos pesos y me dijo que ya no volviera”, a su padre lo califica como una persona “noble”, a su progenitora de “chocante”, se negó a dar el nombre de quien la llevó en su vientre, “el de ella no, es que se enoja”, dijo.

La pediculosis la está dañando, el continuo rascar de su cabeza y su muy maltratado pelo hace que uno observe el mal que provoca la infestación flagelante, además cada vez que habla quedan a la vista pequeñas llagas rojizas en su lengua.

Se niega a vivir en un centro de rehabilitación porque dice no tener problemas de drogadicción: “no me drogo, ni tomo, la cerveza no me gusta” ¿fumas?, “menos, mi mamá dice que de niña tenía problemas de asma”.

Con un rostro aparentemente tranquilo y entre sonrisas, platica que sus últimos estudios los hizo en la Escuela Secundaria Técnica N°1 “Álvaro Obregón”, en el Turno Matutino, dice que su promedio fue de 8.5 y que le gustaría estudiar la preparatoria. Le entusiasma la idea de estudiar y poder trabajar, “no puedo seguir viviendo en la calle”.

Le gustaría que el apoyo fuera de una “casa hogar”, pero manifiesta sus temores al encierro y al maltrato. “Dicen que por la carretera hay unas monjas que ayudan a las muchachas, pero una amiga dice que las golpean, por eso tengo miedo, pero a lo mejor ni es cierto eso, no sé, a mí no me consta”.

Dice creer en Dios, sentirse incómoda con la vida que lleva, pero a la vez expresa la esperanza de que alguna institución le ayude y poder tener un lugar digno donde vivir. Si en verdad algún organismo la quiere ayudar, todo es cuestión de comunicación y la buscamos.