Por: Hugo Díaz
El pasado lunes apenas amaneció y chequé en mi teléfono móvil el grupo de amigos de secundaria y me pregunta una amiga ¿Cómo que ganó Chuma Hugo?, acto seguido le respondo que si, efectivamente la diputación del distrito tres la ganó Chuy Montemayor; a lo que me revira, ¡Explícame por favor! y le dije:
Muy fácil mi estimada Maribel (es de Nueva Rosita, hace algunos meses vivía en Monterrey, hoy vive en Estados Unidos) la candidatura de Chuma por el PRI estuvo sustentada en un proyecto de partido que tiene principios, estatutos e ideología, actualmente gobierna en el estado, Chuma es un político experimentado que ha entregado buenas cuentas como alcalde, como diputado y como funcionario; Chuma no fue un candidato por ocurrencia, ni por tómbola alguna.
Chuma sabía que aunque su partido es el único que cuenta con una estructura organizada desde hace mucho tiempo, tenía que salir a gastar suela y a sudar la camiseta para platicar con la gente de su partido y con aquella no es de su partido; Chuma no se encerró en una cafetería rodeado de quien le hablara bonito y publicar fotografías en redes sociales.
Chuma llevó una campaña en la que habló de una plataforma de trabajo centrada en temas como agua potable, empoderamiento de la mujer, reactivación económica, y en cada exposición habló además de la manera en que desde el congreso se puede lograr; No se desgarró las vestiduras hablando de los desaciertos del gobierno federal, ni de los errores de los gobiernos municipales mucho menos hablando mal del resto de los candidatos ni directa ni indirectamente.
Con Chuma, como suplente, está un hombre honesto, trabajador, que es bien visto en su persona y en su labor como docente, el profe Rogelio Obregón Galarza; No se trata de un compañero de fórmula por nepotismo, ni producto de cotas de poder entre grupos de un mismo órgano político y que a toda costa quieren demostrar que pueden más.
Además de todo -le comenté a Maribel- a Chuma lo respalda el trabajo de un hombre como Miguel Riquelme, que cuando ganó, no ganó todo el congreso, y demostró que sabe trabajar; en la elección para presidente no ganaron nada y siguieron trabajando, y hoy que ganaron todo, lejos de mostrarse soberbio, se muestra con un gran compromiso para seguir trabajando por Coahuila.
Y cerré de la siguiente manera explicándole a Maribel, que mientras en las campañas de Coahuila el discurso agresivo contra los oponentes plagado de descalificaciones personales, carente de propuestas de beneficio colectivo se privilegie sobre el llamado a la unidad como sociedad para encontrar lo más pronto posible soluciones a los problemas que realmente nos aquejan, el resultado será el contundente rechazo para quienes simulen ser los salvadores, casi divinos, de la colectividad.
Maribel se quedó callada y me mandó un emoji con los ojos muy abiertos.
