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Forma y fondo

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Forma y fondo

Por: Hugo Díaz

El título de esta columna tiene que ver con como se hacen las cosas para lograr un objetivo determinado. En el mundo de los practicos se inclinan por argumentar que lo que importa es conseguir el objetivo sin reparar en la manera en que se procede para conseguirlo, aunque sea dañando gente.

Sin embargo a muy pocas mujeres les gustaria salir a cenar con el galán cuando éste porta la misma ropa que usa para correr, o a muy pocos padres les gustaria recibír al prometido de su hija para pedir su mano si éste desatende las normas de convicencia que se tienen en casa.

La antítesis de las personas que se autocalifican como “prácticas”, “sencillas” son aquellas que se esmeran, preocupan y ocupan al cuidado de cada detalle para hacer las cosas de tal manera que el objetivo, o sea el fondo, se pueda conseguír. En ello este tipo de personas muestran un conjunto de habilidades y talento que de entrada agradan a quienes les rodean.

Cuando ese tipo de acciones dan lugar a virguerías, sin duda alguna que se convierten en blanco de críticas y hasta burlas por actuar con excesos inecesarios.

Lo ocurrido con el viaje del presidente Andrés López a Washington es una clara muestra de que la forma y el fondo son muy importantes y que pueden cambiar la actitud de los más radicales.

El hombre que en México, no obstante su posición política, se negaba contundentemente hacerse la prueba del COVID-19 se realizó dicha prueba un dia antes de partir a los Estados Unidos, el resultado fue negativo, sin embargo afirmó que si en la tierra de Trump le pedían otro examen, estaba dispuesto a realizárselo.

Hay algo más, al principio del mes de junio AMLO realizó giras por el sureste mexicano y lo hizo como en sus conferencias mañaneras, sin portar protección facial. En su partida a Washington previa escala en Atlanta el mandatario mexicano se dejo retratar por la prensa, y ahí si traía cubrebocas.

Finalmente el presidente mexicano que más lento habla, argumentando que lo hace para no caer en un desatino y convertirse en nota nacional, una vez en el uso de la palabra en la casa blanca en su encuentro con Donald Trump habló 45 % más rapido de como ordinariamente lo hace, según un análisis de SPIN publicado en la revista Forbes México.

En resumidas cuentas a López Obrador le fue muy bien en el encuentro con su homólogo estadounidense, dicen los expertos, es decir el objetivo se cumplió y bien, y eso era de esperarse porque la forma, el método estuvo correcto.

Lo anterior nos lleva a reflexionar si el comportamiento del presidente mexicano es por su auténtica forma de ser o por simple postura, es decír, por qué no se comportó igual en territorio estadounidense que como lo hace en México, ¿Acaso piensa que en su país le van a perdonar todo aunque se lleve a México y los mexicanos de encuentro?