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En el mismo pozo

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En el mismo pozo

En el mismo pozo

Por: Eusebio Ruiz Ruiz.

¿Cuántas veces ha caído en el mismo pozo o en otros muy semejantes?

Lo invito a leer este poema de un monje tibetano, reescrito muy al estilo del médico y psicoterapeuta de enfoque gestáltico, Jorge Bucay.

Me levanto una mañana, 

salgo de mi casa,

hay un pozo en la vereda,

no lo veo,

y me caigo en él.

Día siguiente,

salgo de mi casa, 

me olvido que hay un pozo en la vereda,

y vuelvo a caer en él.

Tercer día,

Salgo de mi casa tratando de acordarme 

que hay un pozo en la vereda, 

sin embargo, no lo recuerdo,

y caigo en él.

Cuarto día,

Salgo de mi casa tratando de acordarme 

del pozo en la vereda, 

lo recuerdo, 

y a pesar de eso,

no veo el pozo

y caigo en él. 

Quinto día,

salgo de mi casa,

recuerdo que tengo que tener presente 

el pozo en la vereda 

y camino mirando al piso, 

y lo veo y a pesar de verlo,

caigo en él. 

Sexto día,

salgo de mi casa, 

recuerdo el pozo en la vereda, 

voy buscándolo con la vista, 

lo veo, 

intento saltarlo,

pero caigo en él.

Séptimo día,

salgo de mi casa,

veo el pozo, 

tomo carrera, 

salto, 

rozo con las puntas de mis pies el borde del otro lado, 

pero no es suficiente y caigo en él. 

Octavo día,

salgo de mi casa, 

veo el pozo, 

tomo carrera, 

salto,

¡llego al otro lado! 

Me siento tan orgulloso de haberlo conseguido, 

que festejo dando saltos de alegría… 

y al hacerlo, 

caigo otra vez en el pozo. 

Noveno día,

salgo de mi casa, 

veo el pozo, 

tomo carrera, 

lo salto, 

y sigo mi camino. 

Décimo día,

me doy cuenta 

hasta hoy

que es más cómodo

caminar… por la vereda de enfrente.   

Caer en el mismo pozo, es una característica muy propia de nosotros los humanos, así hacemos conciencia, de esa manera nos damos cuenta de nuestros errores, aprendemos, y cuando se puede, corregimos.

En otras ocasiones no sirve de nada caer en pozos, no se acepta la enseñanza que brindan las caídas, me refiero a esos “pozos” en los que ha caído la humanidad a lo largo de la historia: las guerras, actualmente esa situación de peligro y tensión en Ucrania.

En la enciclopedia mundial de las relaciones internacionales y naciones unidas, editada en 1976, se presenta el dato de que en los últimos 5500 años se han producido 14513 guerras en el mundo, a esto agregamos otros 61 conflictos bélicos de 1976 al 2021; un total de 14574 “pozos” (guerras) y el ser humano (especialmente algunos dirigentes de naciones) sigue sin entender que la violencia no es el camino para resolver los conflictos.

“Toda guerra deja al mundo peor que como lo había encontrado. La guerra es un fracaso de la política y de la humanidad, una claudicación vergonzosa, una derrota frente a las fuerzas del mal” (Encíclica Fratelli tutti).

Los estudios señalan que la primera guerra de la que se tiene registro fue en Sumeria, entre los pueblos de Lagash y Umma, y de los años que tiene el hombre en la tierra, entre 200 mil y 300 mil, solamente 292 han sido de paz; por algo el psiquiatra y psicoanalista, Anthony Storr, afirma: “La especie humana es la más despiadada dentro del reino animal”.

Los humanos ya tardamos demasiado en optar y educar por la paz, ojalá y tomemos conciencia y empecemos, ya es tiempo de que las armas estén en silencio y de que caigan el odio, la prepotencia, el abuso del poder, la intolerancia, el racismo, la agresividad, la envidia, el egoísmo, el deseo de dominio, la venganza… porque es todo esto lo que provoca que los instrumentos bélicos sean levantados por la mano humana, provocando sufrimiento, destrucción y muerte.

“Es tiempo de que las armas callen definitivamente…, que la paz llegue por fin a todos los rincones del mundo” (Papa Francisco).