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El poder de la educación y la debilidad de la violencia

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El poder de la educación y la debilidad de la violencia

Por: Eusebio Ruiz Ruiz.

Violencia y más violencia, parece como si la paz se encontrara ausente.

La violencia se derrumba con educación, “educad al niño y no será necesario castigar al adulto”, decía Pitágoras.

Se cuenta que el legislador griego Licurgo fue invitado a dar una exposición sobre la educación.

La invitación fue aceptada, bajo la condición de que le dieran un espacio de seis meses para prepararse.

El plazo que pidió causó extrañeza, pues todos sabían que el legislador tenía la capacidad de exponer en cualquier momento sobre el tema que le pidieran.

Por eso mismo, lo habían invitado.

Pasaron los seis meses, todo estaba listo. Subió a la tribuna, enseguida entraron los criados portando cuatro jaulas, en cada una había un animal: Dos liebres y dos perros.

A una señal previamente establecida, uno de los criados abrió la puerta de una de las jaulas y una pequeña liebre blanca salió y corrió espantada; luego el otro criado abrió la jaula en que estaba el perro y éste salió en desesperada carrera a la captura de la liebre, la alcanzó con destreza, destrozándole rápidamente.

La escena fue de terror y espanto, disgustó a todos.  Una gran conmoción tomó cuenta de la asamblea y los corazones parecían saltar del pecho. Nadie conseguía entender lo que Licurgo deseaba con tal agresión.

Él no dijo nada.

Volvió a repetir la señal establecida y la otra liebre fue liberada. También fue liberado el otro perro.

En el primer instante, el perro embistió contra la liebre. Sin embargo, en vez de destrozarla la tocó con la pata y ella cayó. Luego se irguió y se puso a jugar, para sorpresa de todos, los dos demostraron tranquila convivencia, saltando de un lado para otro.

Entonces, y solamente entonces, Licurgo habló:

  • Señores, acaban de asistir a una demostración de lo que puede la educación.
  • Ambas liebres son hijas de la misma madre, fueron alimentadas de la misma manera y recibieron los mismos cuidados.
  • Así, igualmente, los perros.
  • La diferencia entre ellos reside simplemente, en la educación.

Continuó vivamente su discurso diciendo las excelencias de eso que hoy llaman “proceso educativo”:

  • Debemos educar a nuestros hijos, esclarecer su inteligencia, pero, ante todo, debemos hablar a su corazón, enseñándole a despojarse de sus imperfecciones.
  • Si eso se ha podido hacer con animales con solo dominar su instinto, cuánto más no se podrá hacer con las personas.
  • Recordemos que la sabiduría por excelencia, consiste en volvernos mejores.

Hace años en el boletín Novedades Fluvium leí esta reflexión, la guardé para cuando se necesitara, hoy la comparto con el objetivo de que hagamos conciencia de la importancia que tiene la educación en este mundo tan violento.

Lo sucedido en el estadio Corregidora, los estados de nuestro País que están bajo el yugo del crimen organizado y la guerra en Ucrania son hechos que gritan la urgente necesidad de una buena educación.

Familia, escuela, iglesias, medios de comunicación, gobiernos, todos debemos educar para tener un mundo que practique el valor universal de la paz, no hay de otra. Educamos o nos resignamos a mal vivir o a morir antes de tiempo en las manos de los dementes y amantes de la violencia.

Nelson Mandela decía: “La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo”, y nuestro mundo debe cambiar, urge el cambio.

Fueron 34 años que estuve dedicado a la docencia en distintas instituciones educativas, pude ser testigo de que la buena educación transforma a los chicos en personas de bien, también puedo decir que la mala educación produce frutos amargos.

El activista por la paz William Soto Santiago afirma: “Se educa para la paz o para la guerra, para el bien o para el mal”, por eso se debe tener cuidado al educar, el qué y el cómo se transmite la educación son importantes.

Educar nuestro físico sin lugar a dudas es bueno, fortalecer y moldear el cuerpo es necesario para conservar la salud; prepararnos académicamente, educar nuestro intelecto es indispensable en la vida; esto nos habla de disciplina y de buenos hábitos, pero no basta, también el espíritu se educa, porque de lo que se está lleno internamente es lo que surge al exterior: “De lo que está lleno el corazón habla la boca”.

¡Cuidado! con los que se preocupan únicamente por su cuerpo, se pueden volver narcisistas, el narcisismo es un peligro.

¡Cuidado! con los que solamente se preocupan por su intelecto, son los que posiblemente utilizarán sus conocimientos para dañar a los demás, ni como negar la preparación académica de Vladímir Putin, y de otros que han puesto en peligro a naciones enteras o a toda la humanidad.

¡Cuidado! con los que no se preocupan ni por su cuerpo ni por su intelecto ni por su espíritu, son los títeres movidos por otros, que les darán piedras, palos, picahielos, pistolas, armas de alto poder para cometer salvajadas, son la carne de cañón, de estos tenemos muchos, son los utilizados por los líderes de las organizaciones criminales.

Cuidemos que la educación sea física, intelectual, científico – técnica, afectiva y sexual, moral, psicológica, cívico – social, religiosa, estética, ecológica…busquemos la ayuda adecuada para educar.

La buena educación minimiza la violencia.

La paz no es una utopía, es un derecho inalienable para todos los seres humanos.