Sin una buena higiene bucal, no solo es posible contraer mal alieno, sino también enfermedades como la gingivitis y la periodontal (infección que puede ocasionar la pérdida de varias piezas dentales). Por ese motivo, llevar a cabo una limpieza profunda con un cepillo de dientes correcto, es fundamental para lograr un buen mantenimiento.
Hoy, descubrirás cómo conseguir el ejemplar más acertado a tus necesidades con 3 simples consejos. ¡Léelos a continuación!
#3 Tamaño adecuado
El tamaño del cabezal del cepillo es muy importante.
Este no debe ser demasiado pequeño, pero tampoco demasiado grande. Lo ideal, es que posea 1″ de largo y ½” de ancho para que quepa en tu boca sin inconvenientes.
#2 Tipo de cerdas
Si bien la mayoría de los profesionales recomiendan cepillos con cerdas duras para lograr una eliminación del sarro más efectiva, nada mejor que cerdas tersas y suaves para todos aquellos pacientes que posean encías sensibles.
Las cerdas demasiado duras pueden ocasionar que el tejido se retraiga, causando sensibilidad al calor y el frío.
#1 Mango práctico
Con respecto al mango, este puede ser anti-deslizante o de cuello flexible, con cabeza cónica o rectangular, y con filamentos ondulados, planos, recortados o con forma de bóveda.
Pero sea como sea, el factor “comodidad” lo elige el paciente, teniendo en cuenta su practicidad para llegar a limpiar todas las piezas dentales sin esfuerzo.
¿Cepillo electrónico?
Los cepillos electrónicos no limpian los dientes mejor que los cepillos corrientes. Sin embargo, sí pueden transformarse en una motivación para que el paciente realice mejores limpiezas con más frecuencia.
Por supuesto, hay que tener en cuenta que todos los cepillos dentales deben ser remplazados una vez que los filamentos se desgastan (a los tres meses aproximadamente).