CORRUPCIÓN: RETO A VENCER
Por: Claudia Heredia
Desde que tenemos uso de razón, el problema de la corrupción ha sido una constante en lo cotidiano en perjuicio para la vida de los ciudadanos. “Si no tienes una palanca, ni pensar que te van a ayudar”, “Que si no tienes un padrino o compadre ni lo intentes” y peor aún: “Que si no tienes dinero, olvídate de tus sueños”.
Esas frases forman parte de la cultura del antivalor que se apodero desde lo más profundo de las entrañas de un país como el nuestro. Sin duda un mal heredado por generaciones y lo que ha hecho bastante daño a talento, capacidad y deseos de trabajar de mucha gente.
Dice el Presidente, que México es un país de gente honesta, y tiene razón. Pero también es un país de grupos y sectores que se han manejado en el terreno de los favores y privilegios para unos cuantos, por diferentes motivos que no entran en el imperativo de la regla jurídica: A eso se le llama corrupción.
Esto a colación por las acciones que ha venido emprendiendo el titular del Ejecutivo Federal, rompiendo con las hegemonías de poder hacia el interior de muchas dependencias de su gobierno.
Transparencia Internacional ubica a México en las primeras posiciones en niveles de corrupción, así que esto no debe espantarnos, sino más bien actuar en consecuencia. Hay tiene usted estimado lector esfuerzos importantes como los Consejos Anticorrupción en las entidades. Ojalá se anoten óptimos resultados concretos.
Lo digo por los millones de personas que debido a que no se encuentran en el pequeño círculo de beneficiados del fenómeno de la corrupción, simplemente ven pasar su vida, sin las justas oportunidades que les pertenecen por el simple hecho de ser personas.
¿Quiere usted estimado lector, ejemplos?
*Los emprendedores que se ven en la necesidad de endeudarse con un banco por la falta de apoyo financiero gubernamental.
*A los generadores de proyectos sociales, que jamás han recibido un solo peso para incentivar sus propuestas comunitarias.
Y para colmo ser testigos de como asociaciones se ven beneficiadas año tras año, con altas sumas de dinero a cargo del erario, sin generar el más mínimo cambio social.
*A los estudiantes de nivel superior que pocas veces reciben una beca, y cuando se le otorga es a nivel de crédito educativo pese a ser chicos de excelencia académica y saber luego que otros con no tanta dedicación, ni esmero pero hijos de “alguien” reciben el recurso hasta para irse al extranjero.
* A los empleados que dedican toda su vida al trabajo, y no logran obtener un crédito para una vivienda digna, y cuando se les otorga, es un inmueble para nada en condiciones de dignidad, dado el reducido espacio y para acabarla, algunos terminan incluso pagando más de la cuenta.
* Las madres de familia (solteras o trabajadoras) ante la necesidad de llevar a sus hijos a una estancia infantil, sin la óptima calidad y personal calificado, pero a cobro impuesto al bolsillo de la mujer, además del recurso público, haciendo del acto de cuidar niños, burdo negocio en el que muchos pequeños incluso han corrido múltiples riesgos. Esto sin contar con la falta de pedagogía y el amor que jamás recibirá de una “cuidadora” a la que lo único que interesa es la mensualidad a fondo mixto.
Así que si Andrés Manuel López Obrador, está actuando al respecto para combatir la corrupción, a través de medidas de racionalización de los fondos y recursos, no nos quejemos. Mejor agradezcamos que alguien viene a tratar de erradicar la viciosa y dañina práctica.
Por ende, la democratización de los recursos, y la adecuada transparencia en su aplicación, es asignatura pendiente para el México del futuro rumbo al Desarrollo Sostenible 2030. Aunque vamos tarde, aún tenemos oportunidad de cambiar el rumbo de nuestra querida Nación.
La autora es escritora y activista. Impulsora del Reto Público por la Niñez y Juventud 2017 y Ruta de la Lectura por los Niños y Niñas 2018. Promueve “Futuro Brillante y Mundo Libre para Ellos 2019”.
