*Ceremonia
cívica fue presidida por el presidente municipal Gustavo Torres Salinas, quien
estuvo acompañado por autoridades militares, navales y educativas
*“El Tamaulipas Humano que impulsa nuestro amigo el gobernador, Egidio Torre Cantú y
el Tampico vigoroso que unidos construimos, se mueven a un mismo ritmo porque
comparten el mismo latido: el que nace del corazón de cada habitante de esta
tierra que es rica y poderosa por el valor de su gente’’, refiere jefe edilicio
Tampico, Tamps.- Recordando la hazaña de valientes tamaulipecos y veracruzanos que consolidaron la independencia de nuestra nación con la rendición de Barradas, el Gobierno de Tampico conmemoró mediante ceremonia cívica el 187 aniversario de la Batalla de Tampico de 1829, evento que fue presidido por el alcalde Gustavo Torres Salinas, y que se desarrolló en la plaza de La Libertad.
El jefe edilicio aseveró que Tampico vive y crece por el legado de muchas generaciones que en su
tiempo y espacio cumplieron el deber cívico y patriótico de pensar en el bienestar común más allá de intereses particulares; “hoy es nuestro momento y también nosotros debemos dejar algo bueno y un Tampico en Evolución; un Tampico Mejor significa un paso firme y una huella profunda en la única dirección posible: la del progreso para un porvenir promisorio’’.
Indicó que el Tamaulipas Humano que impulsa el gobernador del Estado, Egidio Torre Cantú y el
Tampico vigoroso que unidos construimos, se mueven a un mismo ritmo porque comparten el mismo latido: el que nace del corazón de cada habitante de esta tierra que es rica y poderosa por el valor de su gente; “esta es la victoria y la independencia que hoy celebramos’’.
La regidora presidenta de la comisión de Educación, Claudia Rosas Marín señaló que después
de 11 años de guerra de independencia, México comenzó a partir de septiembre de 1821 un proceso de evolución y consolidación como nación libre y soberana.
“Tanta sangre derramada, tantas vidas perdidas, merecían además del recuerdo, la suma de
voluntades, el esfuerzo y sacrificio de los mexicanos de aquel entonces para forjar el país que soñaron. Tranquilidad y estabilidad se fundían en el crisol de la esperanza e inspiraban a nuestros ancestros a materializar los ideales independentistas’’, mencionó.
Pero la paz -dijo- volvería a romperse una vez más en 1829 con el intento de España de
reconquistar nuestro territorio y lo que ocurrió en el verano de aquel año aciago llenó, sin embargo, páginas gloriosas de la historia nacional; “la División de Vanguardia del Ejército Real comandada por el Brigadier Isidro Barradas desembarcó el 27 de Julio de 1829 en Cabo Rojo, a unos 70 kilómetros
al sur de Tampico, por lo que veracruzanos y tamaulipecos intentaron cerrarle el paso hacia nuestra ciudad pero eran grupos reducidos que rápidamente fueron diezmados por el embate de los invasores’’.
Sin embargo, precisó Barradas no contaba con que al llegar al puerto se toparía con la más sólida muralla que erige un pueblo para defenderse: un plan de contención apuntalado en la unidad, la fortaleza, la solidaridad y el amor al terruño. Los tampiqueños de esa época, sobre todo las
mujeres, pusieron en marcha la estrategia de tierra arrasada, colectaron toda la fruta de los árboles, sellaron pozos de agua, además de esconder todos los medicamentos existentes para que los españoles
encontraran condiciones absolutamente adversas; el sentimiento de hermandad emergía ante la amenaza.
Y aunque nuestra ciudad cayó en manos del invasor el 5 de Agosto de 1829, Rosas Marín detalló
que el 21 de Agosto de 1829 una división de las tropas españolas partió hacia Villerías, hoy Altamira, buscando apoderarse de esa población y la confianza de Barradas fue aprovechada por el Ejército Mexicano acuartelado en Pueblo Viejo que cruzó el Pánuco para sorprender a los españoles que tenían la consigna de custodiar Tampico.
“Así, justo en el lugar que ahora ocupa la Plaza de Libertad, los nuestros libraron valiente y
feroz batalla para alcanzar la que ahora conocemos como la Victoria de Tampico de 1929, preámbulo para el triunfo final en La Barra el 11 de Septiembre del mismo año logrando, con la rendición de Barradas, cortar de tajo el último intento español por arrebatarnos nuestra independencia. Por ello la esencia de esta celebración es reconocer y agradecer la fortaleza y patriotismo de aquellos mexicanos, militares o civiles, que con alma y corazón por delante, protegieron lo que hoy nosotros disfrutamos’’, expresó.
