Sin Simulaciones
Por la Abogada Amiga
Dinorah Pensado Michel
El jueves anterior Donald Trump anunció que el gobierno estadounidense impondría aranceles del 25% al acero y 10 % al aluminio importado de México, Canadá y la Unión Europea.
Trump, manifestó que dado que no se ha alcanzado una negociación exitosa del TLCAN que beneficie a Estados Unidos se eliminaría la exención hecha a México. El gobierno mexicano contestó a la imposición de estas sanciones, estableciendo tarifas arancelarias a ciertos tipos de acero, las lámparas, el queso, el cerdo, las manzanas, las uvas y los arándanos.
La elección de estos productos fue estratégica por el gobierno mexicano con el fin de presionar a distintos distritos conformados principalmente por simpatizantes de Trump.
El actual presidente de Estados Unidos es conocido por siempre llevar a límite a sus contrapartes y presionar hasta obtener lo que él espera. Así ha operado en el pasado, por lo que la respuesta de México resulta acertada para ganar poder de negociación. Hay que recordar que el Derecho Internacional se rige por dos principios: proporcionalidad y reciprocidad.
Por tanto, México no debe dejarse presionar por Trump y sus amenazas de salir del TLCAN. El gobierno mexicano debe mantener una postura firme, y no olvidar que México y Estados Unidos no sólo son socios comerciales sino que ambos países integran una cadena de producción en sectores como el manufacturero y automotriz, por lo que Estados Unidos también tiene interés en mantener una buena relación comercial con México.
Sin duda, en los siguientes meses continuarán las tensiones alrededor del TLCAN. El día de hoy, por ejemplo Ferromex anunció que se suspendieron los envíos de acero a ese país debido a la incertidumbre respecto de quien pagará la tarifa al acero.
Estados Unidos no debe subestimar el poder político y de negociación de México. México no debe ceder.
