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¿Adiós al asfixiamiento de clases medias?

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¿Adiós al asfixiamiento de clases medias?

Del Abogado Amigo

Luis Torre Aliyán

Durante muchos años los sectores productivos pero con más énfasis las personas físicas y morales que dan vida a las categorías de micro, pequeñas y medianas empresas, han sufrido un asfixiamiento derivado de obligaciones fiscales ‘de locura’, si me permite la expresión, estimado lector.

Me refiero a dicho asfixiamiento con conocimiento de causa porque lo he vivido y sufro, e incluso representando al gremio patronal victorense lo reproché ante la prensa en septiembre de 2017. 

El problema no es que haya que pagar impuestos, los problemas son: 1) el hecho de que no sean proporcionales a la rentabilidad del negocio y que sumados al resto de costos resulte casi siempre, como dije, ‘una locura’ su pago; 2) Al ser exageradamente excesiva la tasa de ISR (impuesto sobre la renta) se reduce el margen de maniobra para poder ofrecer mejores prestaciones a los trabajadores y 3) los impuestos que se pagan no se ven reflejados en mejores servicios públicos para la comunidad, en la que vivimos.

Por eso, considero buena noticia -y hay que estar alertas a ver qué sucede-, que en el Paquete Económico 2022 se introduzca un nuevo Régimen Simplificado de Confianza, el cual establecerá, de aprobarse, menos tasas impositivas, eliminación de obligaciones y facilita los trámites electrónicos.

De acuerdo a la información que leí en la página oficial del Senador Monreal, el nuevo régimen sería aplicable para: a) personas físicas con menos de 3.5 millones de ingresos anuales -que es de hecho lo que el 82% de la categoría de ‘personas físicas’ facturan anualmente- que se den de alta por primera vez ante el Sistema de Administración Tributaria; b) para personas con actividades empresariales y profesionales; c) a quienes hayan pertenecido al Régimen de Incorporación Fiscal (que se derogaría ya) y d) a las personas que se dediquen al arrendamiento, o bien a aquellas que tengan actividades agrícolas, ganaderas, pesqueras y silvícolas.

De los mayores beneficios que contempla este nuevo régimen está la reducción de la tasa del ISR, que iría del 1 por ciento al 2.5 por ciento. Así, por ejemplo, las personas físicas con ingresos de 300 mil pesos anuales y 25 mil mensuales pagarían únicamente 250 pesos al mes por concepto de ISR, y aquellas con ingresos de 3.5 millones anuales y 291 mil mensuales aportarían 7 mil 291 pesos mensuales.

Beneficios de gran calado como los que narro, tendrían también las personas morales que facturen hasta 35 millones de pesos al año, por lo que, ojo, el 96 por ciento del total de las personas morales contribuyentes podría verse beneficiada.

Concluyo diciendo, estimado lector, que si se llegare a dar el consenso en este tema en el Congreso de la Unión, concuerdo con los expertos en el sentido de que se incrementaría la recaudación, se incentivaría la reactivación económica, se frenaría el aumento de la informalidad y no se aumentarían impuestos.

Pero yo agregaría tres: 1) se gestaría la gran oportunidad para el sector patronal de ofrecer mejor salario, prestaciones y por tanto calidad de vida a sus colaboradores, 2) dicha política pública constituiría el adiós al asfixiamiento fiscal histórico de las clases medias y, 3) se consolidaría  la transformación real del país.

Enhorabuena por esta sensible iniciativa del gobierno federal. Hago votos para que al discutirse el Paquete Económico 2022 en el Poder Legislativo no pierda su esencia, su pretensión de origen; y por el contrario, se convierta este nuevo régimen fiscal en una realidad, por el bien de México.