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Virtudes en lugar de limpias

VIRTUDES EN LUGAR DE LIMPIAS

Por: Eusebio Ruiz Ruiz.

Sabemos que en lo más alto de la política mexicana les ha dado por hacerse los simpáticos con los pueblos indígenas u originarios, aceptando los rituales de purificación y limpia espiritual, uniéndose –aunque sea superficialmente- en las invocaciones al corazón de la Madre Tierra, a los cuatro elementos y a los abuelos guardianes; recibiendo objetos sagrados y por supuesto el Bastón de Mando y Servicio, que normalmente lo dejan hasta mando y se les olvida lo de servicio.

Me pregunto si estos hombres y mujeres de la política conocen a profundidad estas ceremonias místico-religiosas o solamente hacen circo de lo que es sagrado para los indígenas.

¿No sería mejor que practicaran las virtudes políticas de los emperadores aztecas?, ¿no sería una manera más efectiva de honrar a los pueblos originarios? Don Carlos de Sigüenza y Góngora (1645–1700) escribió, en el año de 1680, “Teatro de la virtudes políticas”, obra de filosofía social en la que el autor reflexiona sobre las virtudes que deben engalanar a todo buen gobernante.

En dicha obra filosófica se presenta a los emperadores aztecas como fieles practicantes de las virtudes políticas.

Vale la pena que quienes hoy se dedican a la política y al gobierno también se adornen de las virtudes que los soberanos mexicas lucieron en su tiempo.

Sigüenza ve en el dios Huitzilopochtli no sólo al ser mitológico, sino a uno de los caudillos aztecas que se distingue por ser GUÍA y PROTECTOR del pueblo, al que lleva hacia la “tierra prometida”, el objetivo que persigue es formar un reino, buscaba mejores niveles de vida para la gente.Acamapichtli fue el primer soberano azteca, reinó entre 1376 y 1395, Sigüenza le atribuye la virtud de la ESPERANZA.

Empezó la construcción de Tenochtitlan con la ilusión de que en el futuro pasara a ser una gran ciudad. En la segunda mitad del siglo XV era la urbe más poderosa de Mesoamérica y el Caribe, la espera no había sido en vano, el sueño del rey se hizo realidad, esa sí fue una esperanza que no defraudó, no como la tan sonada en nuestros días.

De 1396 a 1417 gobernó Huitzilihuitl, rey que se caracterizó por su RESPETO A LA LEY, Carlos Sigüenza le atribuye la virtud de la CLEMENCIA. Según el misionero e historiador Juan de Torquemada (1557-1624), su gobierno fue de quietud y paz.

Se distinguió por tener mucho cuidado en la elaboración de las leyes, obteniendo como resultado que el pueblo viviera en armonía.

El premio, como estímulo, y no el castigo, sirvió para que las leyes fueran efectivas. PREMIO, MANSEDUMBRE y CLEMENCIA fue lo que puso en práctica para lograr que los gobernados le obedecieran, no los premió en vano, como el señor de los abrazos.

Chimalpopocatzin simboliza la PROTECCIÓN de los gobernantes al pueblo. FORTALEZA, SERVICIO y SACRIFICIO son las virtudes, que según Sigüenza y Góngora, adornan a este rey, quien fue capaz de ofrecer su propia vida para que la ciudad consiguiera la tranquilidad, no como los parásitos que viven de la política y que no les importa la paz y la tranquilidad de pueblos y ciudades. Su reinado fue de 1417 a 1427.

El soberano Izcóatl gobernó de 1427 a 1440, engrandeció el reino de los aztecas, formó un imperio, gracias a la virtud de la FORTALEZA lo expandió y a su PRUDENCIA POLÍTICA lo supo conservar. Moctezuma Ilhuicamina fue el rey RELIGIOSO, practicante de la PIEDAD y la DEVOCIÓN.

Según comenta Sigüenza, toda obra pública la ponía en las manos de los dioses, ofreciéndoles algún servicio, no en las manos de los compadres, ofreciéndoles una tajada. Fue el quinto emperador azteca, su periodo fue de 1440 a 1469.

De Axayácatl se comenta que fue un rey acosado por las constantes guerras, siempre encabezó las batallas, no andaba con el cuento de que no pasaba nada, se distinguió por la FORTALEZA.

Su periodo abarcó de 1469 a 1481.Tízoc reinó de 1481 a 1486, Sigüenza encuentra en este soberano azteca la MANSEDUMBRE, la QUIETUD y la PAZ, virtudes que supo transmitir a su pueblo.

El rey Ahuitzol gobernó de 1486 a 1503, a él se le aplica el CONSEJO, pues supo pedirlo para poder remediar un grave desacierto que había tenido con la población azteca, sí reconocía sus errores no echaba la culpa a los adversarios políticos.

El noveno emperador azteca fue Moctezuma Xocoyotzin, reinó de 1503 a 1520, destaca por la CONVIVENCIA SINCERA, la LIBERALIDAD y la BENEFICENCIA. De él se comenta en la obra filosófica de Sigüenza que no se pasaba un día sin que hiciera algún favor, incluso daba más de lo que le pedían.

La RESISTENCIA y la AUDACIA caracterizaron a Cuitláhuac, sabía tomar decisiones acertadas en situaciones difíciles y desfavorables, fue el causante de la “noche triste” de los españoles. Murió víctima de la viruela en el año 1520.

Cuauhtémoc asumió el poder en 1520, fue tomado prisionero el 13 de agosto de 1521, fue el último rey de los aztecas, gobernante en el que brillaron la FIRMEZA, PERSEVERANCIA, ECUANIMIDAD y CONSTANCIA DE ÁNIMO. Virtudes que se hicieron notar al soportar la guerra, el hambre y los tormentos a los que fue sometido por los españoles.

Injusto sería pedirle a un gobernante que tuviera todo este “estuche de virtudes”, pero sí se puede rodear de un EQUIPO VIRTUOSO que le ayude a gobernar, y no de gente que solo ve en la política un medio para enriquecerse con los bienes que son de todos.

Por supuesto que estos hombres importantes también tuvieron grandes defectos, como cualquier ser humano, lo importante es quedarnos con las virtudes, porque éstas siempre son dignas de imitarse.

Si los que gobiernan quieren seguirse dando limpias y “somereadas” aromáticas, que lo hagan, pero, sería mucho mejor que fueran hombres y mujeres que se distinguieran por las virtudes.

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