La crisis sanitaria mundial y su consecuente crisis económica llevaron a las industrias a plantearse nuevas dinámicas. Esto responde tanto a la necesidad de ofrecer actividades que respeten los protocolos como a la de generar atractivos diferentes y seguros.
Uno de los aprendizajes del impacto de la pandemia es que existen diversas posibilidades para continuar. En el área turística, ocurre lo mismo: aunque pensemos que esta situación es limitante, podemos aprovechar para conocer nuevas maneras de viajar.
A continuación, haremos un rápido recorrido por aquellas formas de turismo que son tendencia, pese a que algunas llevan décadas de ejercicio.
Visado Working holiday
Esta manera de viajar es una de las primeras en reactivarse, ya que se retoman planes que estaban pensados antes de la crisis sanitaria. Se puede consultar cuándo abren las fronteras de los países que se pretende visitar con esta visa y así retomar el viaje proyectado.
Se trata de una forma de recorrer que permite conocer en profundidad un lugar, ya que posibilita permanecer hasta doce meses en el destino. Además, la persona puede tomar un empleo y cursar estudios de corto plazo durante su estadía.
Para postular a una visa working holiday es necesario tener entre 10 y 30 años (35 en algunos casos), contar con pasaporte vigente y mostrar solvencia económica. Las posibilidades de acceder al beneficio dependerán de los acuerdos entre el país de origen y el de destino.
Turismo aventura
Es una de las alternativas más consideradas en la recuperación del turismo. La industria busca levantarse y las regiones que cuentan con patrimonio cultural ofrecen opciones. También, crece el interés por tomar contacto con la naturaleza.
Las actividades de este tipo más conocidas son el alpinismo, la navegación y el senderismo. Pero, el turismo aventura brinda múltiples alternativas al aire libre. Largas caminatas, dormir en medio de la naturaleza y viajar en bicicleta para hacer del recorrido parte del disfrute, son algunas de esas opciones.
Ecoturismo
A simple vista, pareciera que no hay una gran diferencia con el turismo aventura. Pero el ecoturismo no solo se centra en la cercanía con la naturaleza como objeto de observación y disfrute. También, se ocupa de que esa naturaleza reciba a cambio nuestro cuidado.
Es sostenible porque se evita el impacto ambiental. Se espera que las generaciones futuras puedan vivir la misma experiencia y respetar nuestro patrimonio natural. Importa conocer realmente la naturaleza, aprovechando ese contacto.
Por eso, entre sus características destacan los recorridos respetuosos con el ambiente, su flora y su fauna. También, se desarrollan actividades de acompañamiento, como los avistamientos de flora y fauna nativa o los recorridos arqueológicos.
Cada espacio está pensado como parte de un circuito sustentable. Tanto el diseño de las rutas turísticas como el manejo de recursos en las comunidades y los lugares de alojamiento se desarrollan de manera ecológica.
Además, los circuitos atienden al desarrollo de la economía regional y artesanal con el fin de lograr el autosustento desde la manufactura. Cuando se adquiera un servicio o se compre un producto, se ayuda a sostener oficios que se preocupan por nuestra tierra.