DEL ABOGADO AMIGO
Luis Torre Aliyán
Vaya última semana de marzo
Alguna vez leí del escritor Agustín Basave (a quien admiro como académico), en columna que tituló “Hipócritas”, que la simulación es el deporte nacional de México, y que hemos sido regidos por una corrupción hipócrita.
En dicho texto el autor estableció como ejemplo de lo anterior, que bastaba con retrotraernos en el tiempo un poco, para recordar cómo es que de 1917 a 1992 el artículo tercero constitucional fue violado tumultuaria y cotidianamente.
Dicho precepto constitucional decía que la educación era laica -relata Basave-, y mientras el Presidente de la República y el Secretario de Educación en turno pronunciaban encendidos discursos exaltando nuestra Carta Magna, sus hijos estudiaban en escuelas confesionales y por tanto anticonstitucionales.
Y –señala-, que si llegaba un Inspector de la SEP a las aulas de, por ejemplo, el Sagrado Corazón de Jesús, las monjas volteaban el cuadro religioso y aparecía al reverso la imagen de Benito Juárez, se reportaba que en ese colegio no se impartían clases de religión sino de “Moral” y la autoridad fingía que la disposición Constitucional era respetada.
¡Nadie está por encima de la Ley!, proclaman en México envueltos en la Bandera Nacional, queman incienso y engolan la voz para exaltar al estado de Derecho quienes se la brincan impunemente y se enriquecen al amparo de cargos públicos.
Lo increíble es que tal parece que esa corrupción hipócrita continúa a la par de que la sociedad más participa y más exige:
En la misma semana en que Gustavo De Hoyos, Juan Pardinas, Viridiana Ríos y muchos otros líderes genuinos de la ciudadanía exteriorizan su reclamo para que el Senado de la República no exceda de la nueva fecha límite (9 de abril) para nombrar al Fiscal Anticorrupción, el Fiscal de Nayarit es encontrado como presunto narcotraficante en Estados Unidos: fue detenido al cruzar la frontera de Tijuana a San Diego el martes, bajo cargos que le formularon en Brooklyn, por conspirar junto con otros para traficar heroína, cocaína, metanfetaminas y marihuana.
En la misma semana en que “México Evalúa” estudia y analiza minuciosamente la Ley de Obras Públicas que está por ser discutida en el Congreso de la Unión (para que en ese rubro la Ley se ajuste a la Ley Modelo que propone la ONU en materia de adquisiciones por parte del gobierno, tratando de evitar los métodos de contratación sin licitación pública) el propio Congreso de la Unión tuvo entre sus paredes por casi un día al ex Director de Adquisiciones del ex gobernador chihuahuense César Duarte, mientras recibía vía Amparo la suspensión provisional de su detención.
Y en la misma semana también, el Ejecutivo Federal propuso a Paloma Merodio para ser Vicepresidenta del INEGI, sabedor que no cumplía con la experiencia mínima en cargos de alto nivel (5 años) establecida en el artículo 69 de la Ley del Sistema Nacional de Información de Estadística y Geografía, es decir, trató de burlar la Ley para imponer a alguien a modo en uno de los Institutos que a pesar de todo sigue siendo confiable para los mexicanos, y cuya hegemonía nos ha costado tanto.
Vaya última semana de marzo.
Considero que está más que claro que nuestros esfuerzos no han sido suficientes. ¿Nos falta valentía, o por qué hemos tolerado tanto la hipocresía? No más corrupción hipócrita en nuestras Instituciones, hombre.