Al margen de su dependencia de otros equipos, Querétaro necesita un triunfo para soñar con la Liguilla, pero Jaguares busca arrastrarlo hacia la zona de los eliminados
La envidia corroe, caracome, no solo a quien la experimenta, si no a aquellos que están cerca o en contacto con el infectado. Más vale huir, pues si no vendrán los lamentos.
Querétaro recibe a Jaguares en la última jornada de la fase regular del Clausura 2015; de nueva cuenta, el sistema de competencia y sus bondades están presentes en la mente de la familia de la Liga MX. Con solo tres puntos por disputarse, aún hay cinco lugares en la Liguilla sin definirse.
Algunos equipos dependen de sí mismos; otros deben ganar obligatoriamente y, después, rogar a los dioses del balón para que sus rivales pierdan y así poder asistir a la Fiesta Grande.
De igual forma, hay un pequeño grupo que lo único que tiene en juego es su dignidad y la oportunidad de sumar en la porcentual de cara al próximo torneo.
Dentro de los que aún tienen esperanza de calificar está Querétaro. Tras un inicio desastrozo de temporada, aterrizó en la entidad Víctor Vucetich, quien hizo honor a su mote del ‘Rey Midas’ y le dio fondo y forma al equipo.
Gallos ha disputado nueve partidos de Liga con Vucetich: seis triunfos y seis descalabros. Este envíon lo tiene con posibilidades de entrar a la Liguilla; no obstante, el que las matemáticas sugieran lo anterior, no significa que sea tan sencillo de que suceda en la cancha.
Primer obstáculo, Querétaro tiene que derrotar a Jaguares; después, viene la verdadera exigencia: del conjunto de Tijuana, Santos y Toluca, no deben ganar dos. De empatar, la naturaleza de los requerimientos muta de forma irrisoria.
En este pasaje del viaje, emerge la figura de Chiapas. Eliminado, decepcionado y con amargura, el equipo de Sergio Bueno buscará un triunfo para cerrar una temporada fatal y, de paso, jalar a Gallos hacia el grupo de los eliminados.
Las más recientes actuaciones de estos contendientes ponen como favorito a Querétaro, pues derrotó a Morelia en calidad de visitante; mientras que Jaguares siguió arrastrando su prestigio en casa y mordió el polvo ante Monterrey.
Las hazañas son alcanzables; hay factores que están lejos de alcance, cierto, pero Ronaldinho y compañía deben de hacer, al menos, lo que esté dentro de su rango de injerencia.
