*Nuestra incipiente democracia, pisoteada por la T4a
Por Luis Repper Jaramillo*
El 26 de noviembre de 2020 (en pleno caos del Coronavirus) fue utilizado perversamente por los políticos, legisladores, López Obrador, partidos, el Sistema, para tender cortina de humo, en San Lázaro, en donde sus zánganos, diputados federales y por extensión sus pares locales, (estatales) adaptaron la Ley (a conveniencia) para lograr la reelección, por un período más (3 años) como si su “trabajo” y resultados lo mereciera debido a su “excelsa” labor.
Simuladores, tramposos, negligentes, vividores, inútiles, corruptos, antidemocráticos (todos, los 500). Hacedores de leyes, elucubraron, manipularon la Constitución para hacerse un “traje a la medida” y seguir mamando del presupuesto, sin dar resultados a quienes los llevamos a la curul. Sólo están ahí, para calentar la silla, sacar provecho de ello, obedecer ciegamente al inquilino de Palacio Nacional, sin representar moral ni éticamente a los mexicanos.
442 de los 500 especímenes que conforman la Cámara baja, pretenden repostularse para repetir en el cargo.
¿A quiénes o a quién que votaron por ellos en 2018 nos preguntaron si aceptábamos su reelección? A nadie, motu proprio y escondidos en su Fuero Constitucional, se votaron para seguir manipulando la Ley de Leyes y continuar robando el dinero de la Nación (nuestros impuestos) sin hacer nada, sin resultados positivos; sobre todo sin oponer una evaluación para calificar su labor, ¡¡nos ignoraron!! Y por la libre se (auto) aprobaron prolongar su vergonzosa presencia en la Cámara de Diputados, en donde sólo calientan la curul y obtener jugosas ganancias económicas, políticas, por gestión, sin en realidad, representar los intereses de más de 130 millones de mexicanos.
Apoyado en textos de la Real Academia Española, encontré la definición de la palabra evaluación, que los 500 haraganes de San Lázaro, no se han dejado aplicar porque todos reprobarían. Dice textual: “valoración de conocimientos, actitud y rendimiento de una persona, sus servicios y resultados. Determinación sistemática del mérito, el valor y significado de sus efectos”
Esta clasificación académica, esta ausente en las actividades de esta caterva de vagos, cuya función es obedecer “al amo”, sin cuestionar, analizar, refutar. La sumisión, obediencia, “lealtad a ciegas” es el denominador del “levanta dedos” para sortear lo que desde Palacio Nacional les llega como obligación, aprobar todo al mesías”.
Bueno, se han dado casos de que una reforma o iniciativa de ley dispuesta por el Ejecutivo Federal es aprobada sin leer, entender o comprendida… ¡vamos, consentida hasta con faltas de ortografía, sintaxis, coherencia!
¿Por qué, la reelección? hemos sido testigos, a lo largo de la historia de México, que los legisladores (hoy me ocupo sólo de diputados) son “floreros”, maniquíes, marionetas del inquilino de Los Pinos, hoy de Palacio Nacional, para ir adecuado sus perversas intenciones de imponer (Transformación de 4ª) la dictadura, iniciada desde las modificaciones constitucionales que los zánganos le diseñan en San Lázaro al estar a su servicio.
Buscan la reelección para seguir a las órdenes del Pejelagarto, 229 de Morena, 43 del PT, 21 del PES; acaban de sumarse 11 del Verde Ecologistas -los eternos chaqueteros y oportunistas- que sumarían 304 indolentes bajo las órdenes del Poder Ejecutivo, que resulta antidemocrático, desbalanceado, inequitativo, deshonroso, inmoral, desleal y políticamente incorrecto por tratarse de un acto de anarquía, ordenado desde Palacio Nacional.
La reelección no es una opción para la democracia, en nuestro caso, por la perversidad de la intención: eternizar a López Obrador en el poder, o heredarlo a un “florero” para seguir detentándolo como en Cuba, Venezuela, Nicaragua, por citar tres casos insignia de los que el tabasqueño ha tomado como guía, intención y malevolencia.
Con este “triunfo legislativo” de Andrés Manuel se confirma su afán totalitarista y su cualidad de liderazgo personalizado, muy cuestionado.
Surge con ello su vileza de preservar “intereses creados” en torno a su gobierno; consolidar los cargos políticos de sus colaboradores (Ebrard, Monreal, Sheinbaum), que desde el Congreso (Cámara de Diputados) busca adaptar, crear, aprobar leyes “a modo” para mantener físicamente en el gobierno (Transformación de 4ª) al líder, y por definición a su incondicional (alfil) manipulándolo, lo que en México se conoce como “poder tras el trono”
La perversa reelección de diputados federales y locales obedece sencillamente a mantener la figura del hombre (Andrés Manuel) y no la del partido (Morena), como sucedió con él mismo cuando desestabilizó, enconó, desmanteló al Partido de la Revolución Democrática (PRD) para constituir su negocio familiar, Morena, resaltarse como líder, postularse candidato presidencial en 2018 y ganar la elección. El hombre, el líder personal, el mesías…
Fue un trabajo sistemático, insistente, individual (eso cree) por más de 19 años, erigiéndose en el Rey, hasta llegar a Palacio Nacional. En 2018 logró su primer objetivo, conformar mayoría (con PT y PES) para su proyecto individual: la anarquía.
El segundo paso es 2021, con dolo, manipulación, indisciplina, etc. conservar el control de San Lázaro para seguir fabricando leyes, readaptando la Carta Magna a sus sueños de dictador.
Sólo que se encontró en su camino un enemigo natural, no considerado en sus proyectos de 19 años: el Coronavirus, que lo exhibió tal cual es, incapaz, inepto, reactivo, imprevisor, fetichero, desorientador, mentiroso, etc. que lo desnudó ante la sociedad por los fatales y catastróficos resultados de la pandemia de muertos, contagiados y sospechosos.
Esto vino a derrumbar el mito del “Salvador de México” como alguna vez se autocalificó.
De los más de 30 millones de fans, chairos, amlovers, pejezombies, que votaron por él en 2018, entre 8 o 9 millones se quitaron la venda de los ojos, pues muchos de ellos perdieron familiares, amigos, conocidos, vecinos por COVID, sintiéndose defraudados de la incapacidad del Gobierno de México de enfrentar el virus.
Ante estos “datos reales”, no los suyos, aplicó el Plan “B”, conservar para él y Morena la mayoría en la Cámara Baja, ganar el mayor número de los 15 Congresos estatales que estarán en disputa el 6 de junio de 2021, y seguir manipulando, estibando sus leyes “a modo” con miras a 2022 y 2024 (Revocación de Mandato y elección presidencial) controlando el Congreso (Senado, ya lo tienen, y Diputados)
El Doctor en Derecho y Politólogo norteamericano Stephen Holmes, sostiene que la “voluntad del pueblo siempre será interpretada por algún tipo de elite y será momentánea”.
El político astuto, agrega, formula el asunto a su manera personal, frecuentemente recurre a las emociones (T4a, mañaneras, victimización, atormentación por el pasado, culpabilidades, etc.) La voluntad popular la moldea para el momento de la elección (en nuestro caso reelección de diputados), manipula a simpatizantes y medios de comunicación afines.
Holmes, asegura que “la reacción del elector (nuestro asunto la reelección de legisladores) se expresa más como un efecto, que como una causa”.
El oscuro plan de López Obrador está echado. De no logar eternizarse en el cargo (como dictador) impondrá a Ebrard, Monreal o Sheinbaum en la candidatura presidencial en 2024 para seguir ejerciendo -a través de cualquiera de los tres- el “Poder tras el trono”.
No quiere fracasar en su intento para no avergonzarse ante los Castro, Maduro y Ortega.
La reelección de diputados es muestra del fracaso manipulado de nuestra democracia
*Miembro de los Grupos Editoriales Digitales www.radioexpresionmexico.com (REM) y de www.latitudmegalopolis.com (LM)