Por: Anylú Aguilar
Este fin de semana tuve una pequeña reunión con tres mejores amigos que conozco desde prepa y además de la convivencia que normalmente tenemos, decidimos darle un poco de giro a la dinámica y empezamos a jugar “We’re Not Really Strangers” (Realmente No Somos Extraños) el cual consta de una serie de preguntas divididas en tres categorías: Perspectiva, Conexión y Reflexión. Estas preguntas pueden ser de todo tipo, desde cómo crees que le gusta al otro el café hasta preguntas más profundas que te ayudan a conocer un poco más de la historia de la persona.
Iniciamos con las primeras cartas y al inicio noté que todos estábamos nerviosos, sabíamos lo que implicaba (Vulnerabilidad, incertidumbre, valentía, conmoción, etc) contestar pero a la vez no sabíamos qué era lo que iba a suceder o cómo nos íbamos a sentir. Pero conforme fuimos contestando ese nerviosismo se convirtió en tranquilidad y la apertura fue cada vez más, las respuestas fueron más enriquecedoras y más honestas.
La verdad es que hubo de todo, risas, llanto, anécdotas que hemos tenido juntos y solos, momentos altos y bajos de nuestras vidas, perspectivas de la vida e incluso sobre nosotros mismos (¡Las sorpresas que nos llevamos en este! Hahaha). Y no fue hasta que empezamos a compartir cómo nos sentíamos en ese momento, que me di cuenta que me sentía muy contenta, muy satisfecha y tranquila con la dinámica que estábamos teniendo. Me di cuenta que era un momento que no sabía que necesitaba y que creo que todos estábamos buscando intencionalmente tenerlo.
Con esto, recordé la importancia de tener, cultivar y mantener relaciones positivas en mi vida. El valor que tiene el profundizar, escuchar, preguntar e intentar comprender al otro verdaderamente tal cual como en verdad es, quitándonos prejuicios y barreras que nos impiden conectar.
Me sorprendí al darme cuenta que, a pesar de que son amigos con los que hablo frecuentemente, había ciertas experiencias o inclusive ciertas características de ellos que no sabía o no las tenía presente, lo que me llevó a reflexionar sobre como no hay que tomar las cosas por sentados con las personas que amamos, que nos importa. Tomó por hecho que ahí están, pero si no las cuido, si no las nutro, si no busco este tiempo de calidad o expresar la importancia y el amor que tengo por ellas, puede que un día no estén ahí y definitivamente es algo que no quiero que suceda. Es por ello que me propuse en cada día ser más intencional de manera positiva y constructiva con mis interacciones en mis relaciones interpersonales.
Hasta el día de hoy, esa experiencia sigue llenando mi corazón. Fue un gran apapacho propio, compartido y para ellos también.
Gracias por leerme y recuerda: Sé amable con tu proceso y con el de los demás que no sabemos por lo que podemos estar pasando.
Lindo día,
Anylú Aguilar