El 12 de septiembre se conmemora el Día del Historiador en México. En una época marcada por la innovación tecnológica, la globalización y los cambios sociales, José Luis Cavazos Zarazúa habla sobre los retos en la formación profesional y el estudio de la historia.
La historia siempre será parte fundamental de la esencia y el desarrollo de una sociedad, pero ¿cuál es el rol que debe asumir el historiador en la actualidad?
Al conmemorarse el Día del Historiador en México, este 12 de septiembre, el Coordinador del Colegio de Historia y Estudios de Humanidades de la UANL, José Luis Cavazos Zarazúa, reflexiona sobre esta actividad profesional.
“La función que debe tener el historiador es investigar cómo es que llegamos a tener los problemas que ahora aquejan al país. La función de la historia es tomar conciencia de las acciones que hemos hecho en el pasado y, en esa comprensión, ver qué podemos hacer para mejorar en el presente”.
Ante la revolución tecnológica, el panorama para este profesional ha cambiado: debe adaptarse y hacerse de diversas habilidades. Las bases de datos se incorporan a las fuentes de información tradicionales como los libros en las bibliotecas, las consultas en archivos antiguos, visitas a museos o zonas arqueológicas, entre otras.
Además de tener un amplio dominio de la historia mundial y manejar la metodología de la investigación, agregó el académico de la UANL, los nuevos historiadores deben adentrarse en el manejo de herramientas tecnológicas, la consulta y manejo de base de datos en páginas web y la lectura de archivos digitalizados.
Respecto a cómo debe investigarse la historia, es importante que este profesional desarrolle diversas disciplinas como la paleografía (ciencia de la escritura y de los signos y documentos antiguos), la hermenéutica (técnica o método de interpretación de textos) y que conozca las diferentes teorías de la historia.
“La profesión del historiador es una carrera de vida, porque la disciplina la haces parte de tu vida; vives la historia y te dedicas a ella todo el tiempo”, argumenta el profesor de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Nuevo León.
¿Cómo debe enseñarse la historia?
Para muchos, la historia tal vez parezca algo aburrida, pero siempre hay formas de aprenderla.
De acuerdo con Cavazos Zarazúa, desde la educación básica hasta el nivel medio superior, las líneas del tiempo son un recurso didáctico recurrente para enseñar los hechos históricos, porque de manera precisa y breve te conceptualizan lo ocurrido en cierto periodo.
De hecho, en el nivel superior también son aplicadas, pero aquí es necesario implementar varias líneas del tiempo para abarcar el amplio contexto histórico que se quiere conocer.
Otros recursos que pueden utilizarse son los mapas, que es muy tradicional pero que funciona en la actualidad, ya que no sólo se debe saber la historia a través del tiempo, sino también del lugar.
“Algo todavía más importante para el estudiante es que realice una investigación histórica, porque así él no sólo lee y aprende los acontecimientos a través de los diversos recursos, sino que construye los mismos buscando información en bases de datos, realizando entrevistas y visitando lugares, y a esto se le llama aprendizaje de reconstrucción”, señaló.