Paralaje
Por : Hugo Díaz
PENA Y GLORIA
Faltan dos semanas para que concluyan las campañas para diputados locales en Coahuila y lejos de que el tiempo que ha transcurrido de las mismas hubiese abonado para hacer entrar en ánimo al electorado, al menos en el distrito tres, dichas campañas aún se tornan en un tono grisáceo que no augura una participación destacada por parte de los votantes.
Ya se sabe que habrá quien diga que la pandemia, que las medidas sanitarias que se están sugiriendo, que el constante miedo al contagio- ayer una escuela suspendió actividades de su personal administrativo por un posible caso de COVID 19-, o que las campañas para una diputación local en Coahuila siempre resultan un tanto frías.
Sin embargo una cosa resulta cierta, muy pocos son los candidatos que están promoviendo sus plataformas políticas, gastan suela, sudan la camiseta, muestran músculo con su equipo de trabajo y se han lanzado a la ciudad, colonias calles, callejones y rancherías en busca del voto popular. Claro, se habla de candidatos que cuentan con una plataforma política estructurada.
En esta categoría se encuentran Alfredo Galindo del PAN, Chuma Montemayor del PRI, Raúl Sosa de MORENA, Yolanda Elizondo de UDC y párele de contar; El resto de candidatos esperarán por si algo les cae al fin y al cabo no hay compromiso con el partido, mucho menos con la militancia y en ese tenor si pueden quedarse con algo de las prerrogativas vía facturas, pues estaría gigante.
Sorpresa para muchos Juanita Vélez de UNIDOS, Caridad Hernández del PRD, Griselda Villarreal de MC, Benito Ramírez del PT, de quienes se pensaba podían levantar el vuelo, sin embargo, estos personajes seguro se conformarán con una regiduría en los próximos cabildos, por lo pronto pasan sin pena ni gloria.
Del Verde, de la Revolución Coahuilense y del Emiliano Zapata no se sabe absolutamente nada de sus candidatos. Luego que no se escuche la queja de “ganan los mismos de siempre”, sucede así porque quienes tienen oportunidad de participar insultan la inteligencia del electorado pensando que éste llegará a la casilla y mediante un “un gato cayó en un pozo, las tripas hicieron …” van a decidir su voto.
Quienes hoy apuestan al hartazgo de la gente se pueden llevar una sorpresa, porque con los tiempos políticos que se viven, nadie puede asegurar ni de quien está harta la gente, ni tampoco de quienes son los mismos de siempre, sobre todo en un distrito local tan politizado como el tercero de Coahuila, integrado por tres municipios con tutifruti de partidos políticos.
En dos semanas pueden pasar muchas cosas, y si a la gente se le trata con respeto y se les dice cómo se pueden logar las cosas desde el congreso del estado y en cuanto tiempo; máxime si esos logros se reflejarán en el bolsillo del ciudadano hay un importante sector del electorado que puede ser conquistado.