DEL ABOGADO AMIGO
Luis Torre Aliyàn
No debemos relajarnos
Ya promulgadas las leyes del sistema nacional anticorrupción (Ley General de Responsabilidades Administrativas: -3 de 3-; Ley General del Sistema Nacional Anticorrupción; Ley Orgánica del Tribunal Federal de Justicia Administrativa; Ley Orgánica de la Fiscalía General de la República; Adecuaciones a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal; Adecuaciones al Código Penal y Adecuaciones a la Ley de Fiscalización y Rendición de Cuentas de la Federación) se podría llegar a pensar que solo es cuestión de tiempo para ver resultados.
No es así. Al paquete de leyes que describo, ya aprobado por el Congreso y promulgado por Peña Nieto, le hace falta su homologación en los congresos locales: es importantísimo.
En serio, la homologación se escucha como algo de trámite y, no lo es. Debemos poner especial atención a la línea (esa que no tutela la constitución pero que de facto existe) que envíen los gobernadores entrantes a sus congresos, en relación al tipo de homologación que tratarán de implementar –porque muchas veces al llevar a los congresos locales lo aprobado por el Congreso de la Unión se alteran detalles torales que modifican su naturaleza-; tenemos que estar atentos de que aunque los diputados al legislar el sistema local anticorrupción se ajusten al marco jurídico estatal, se respete la esencia del sistema nacional, y sea así factible su operación material.
No soy negativo, seguro estoy de que en lo local no habrá más paquetes de impunidad en lugar de sistemas anticorrupción –como lo siguen intentando Borge, y los Duartes, en sus estados-, pero sí pudieren llegar a tener verificativo adecuaciones técnicas que les permitieran en determinado momento burlar la norma, como generalmente sucede. O sea: es nuestra responsabilidad, como sociedad, evitar que los gobernadores que están por llegar al poder hagan de su sistema local anticorrupción un traje a la medida que, per se, haga inútiles los esfuerzos colectivos por combatir la corrupción.
En relación a lo anterior, estimo oportuno compartirle una frase que tuve oportunidad de escucharle a Juan Pardinas en el foro empresarial anticorrupción que organizó la COPARMEX: “Donde no hay voluntad política, tiene que haber presión ciudadana”.
Ojalá esté pendiente, estimado lector. Es tarea de todos construir el México que merecemos.