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Navidad

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Navidad
Por: Eusebio Ruiz Ruiz.

En medio de todo lo negativo que provoca el ser humano cuando se vuelve “lobo del hombre”, nace el niño que con su doctrina irradia luz entre tantas oscuridades, abriga infinitas esperanzas entre la multitud de desesperanzas, transmite la fuerza de la paz, serenidad, paciencia y gozo, frente a un mundo violento, desenfrenado, estresado y con aparente alegría.

Estamos en época de Navidad, la atmósfera que rodea en muchos hogares mexicanos no es la suave brisa navideña, es más bien el aire contaminado de un Viernes Santo: Violencia, muerte, agonía, secuestros, desaparecidos, traición, venganza, rencor, tristeza, humillación, flagelo, huida… Los multicolores de las luces y esferas navideñas se han vuelto color de luto y duelo.

En medio de tantos dolores y pecados sociales, el nacimiento del Niño Jesús y de los aproximadamente 300,000 bebés que nacen cada día en el mundo, son “la señal de que Dios todavía cree en el ser humano” (Boff).

La Virgen María dio a luz, su bebé nació en un pesebre para animales, la razón es porque no hubo un lugar digno para su nacimiento, no había una posada disponible para el Niño Dios, quizás si Jesús hubiera nacido en el 2018, José y María se enfrentarían a un problema peor: No hay espacio para el Redentor en la vida y el corazón de muchas personas.

El pesebre digno para que Jesús nazca hoy es la camaradería, la hermandad, las sanas y pequeñas alegrías, la solidaridad, la caridad cristiana, la acogida, el estar y comer juntos, platicar, ayudar, querer, sonreír, abrazar, relacionarnos con Dios, besar y tratar con cordura a las personas que tengo frente a mí.

En este ambiente seremos capaces de experimentar con gozo la sonrisa, la caricia y el encanto del divino bebé. El poeta Fernando Pessoa escribió: «Él es el eterno Niño…, el divino que sonríe y que juega; el niño tan humano que es divino», hagamos de la Navidad una fiesta en donde se irradie la felicidad.

Cuando Dios creó al hombre lo hizo a su imagen y semejanza; con la natividad de Jesucristo, es Dios quien se hace a imagen y semejanza del hombre, amó tanto al ser humano que se hizo uno de ellos. Valoricemos el misterio de la Navidad, no es sólo un recuerdo y una fiesta cualquiera, es Dios que se inserta en la historia y condición humana; es el Emanuel, palabra hebrea que significa “Dios está con todos nosotros”. Es posible que por este significado, la novelista Miriam Taylor Caldwell escribió: “Este es el mensaje de Navidad: Nunca estamos solos”.

Que la Navidad nos ayude a tomar conciencia, que el Dios Amor no pasa de moda, al contrario, urge vivir el mandamiento del amor ante una sociedad violenta que se desangra a consecuencia del materialismo, de la pasión por el dinero, del egoísmo y del vicio.

Termino con las palabras del teólogo brasileño Leonardo Boff: «Todo niño quiere ser hombre. Todo hombre quiere ser rey. Todo rey quiere ser “dios”. Sólo Dios quiso ser niño».