Tuve un sueño
“Me dueles México”
Por: Eusebio Ruiz Ruiz.
Un hermoso sueño me ilusionó,
reinaba un buen monarca,
sueño que la realidad distorsionó,
así no era el jerarca.
Era época de mucha bonanza,
en todo el territorio la paz imperaba,
un gobierno digno de alabanza,
por la virtud de la justicia que reinaba.
Al rey, cada mañana lo escuchaba,
su discurso y su canto me animaban,
el progreso solo de él emanaba,
provocó el desarrollo, por eso lo amaban.
Hermosas palabras se le escuchaban:
¡prójimo!, ¡humanismo!, ¡transformación!,
¡amor!, era otra de las voces que hermanaban,
sin duda, mi rey tenía gran aceptación.
Trabajo y salario eran en abundancia,
monedero y bolsillo se llenaban,
el diario vivir era la constancia,
de que los bienes se derramaban.
Nadie robaba ni secuestraba,
nadie mutilaba ni mataba,
nadie peleaba ni extorsionaba,
la vida y los bienes se respetaban.
Nadie a los vivos quemaba,
nadie maltrataba ni violaba,
nunca un daño se causaba,
la vida y los bienes se respetaban.
No había armas prohibidas,
ni cuerpos descuartizados,
nunca personas heridas,
ni corazones destrozados.
Una intensa batalla se libraba,
era la guerra en contra de la ignorancia,
razón por la que el pueblo progresaba,
la ciencia tenía desarrollo en abundancia.
Siempre respetuoso de las leyes,
así era nuestro gobernante,
fortalecía a las instituciones,
su ejemplo era edificante.
La utopía iba desapareciendo,
mi sueño quedaba desdibujado,
cuando mis ojos se iban abriendo,
pude ver mi País ensangrentado.
En mi País la sangre escurre,
el gobernante se tapa los oídos,
eso es lo que realmente ocurre,
es la lista de muertos y desaparecidos.
Tomé un libro para olvidar lo amargo,
“Me dueles México”, fue lo encontrado,
un poema para salir del letargo,
“Ella es azul”, es el seudónimo utilizado.
Me duele tu ignorancia,
me duele tu pobreza,
me duele tu carencia de valores,
me duele tu egoísmo
y aún más me duele que no tengas memoria.
Me duelen las mentiras,
me duele tu ingenuidad,
me duele tu hambre,
me duele tu petróleo,
me duelen tus precios,
me duele tu inseguridad
y que no me escuches.
Me duele que estés callado
y que sólo pongas la otra mejilla,
me duelen tus muertos,
me duelen lo valientes que quisieron cambiar
y ahora ya no están.
Me duele la educación,
me duelen los niños y cómo están creciendo,
me duele tanto que no te importe,
me duele que el barato precio que
nos pusiste… ¡no te duró ni una semana!
me dueles tanto porque te amo,
mi patria, mi gloria, mi casa y mi pasión,
mis abuelos, mis padres y en el futuro
mis hijos y yo, seremos
las venas para tus ramas.
Soy la síntesis de un montón de generaciones,
que no te dejará solo ni herido
porque me necesitas y me enciendes.
Te amo tanto que te voy a curar las heridas,
los golpes y la sangre…
Voy a caminar contigo para siempre
y logre mucho o no,
no moriré sabiendo que me fui de este mundo
sin curar al que más amo…