Parece que a Mariah Carey ahora sí le salió lo súper diva, pues entre las exigencias que puso para su espectáculo en el Caesars Palace de Las Vegas, donde comenzó una residencia de dos años, está el tener bailarines más pálidos de piel que ella con el fin de que no le roben protagonismo.
De acuerdo con la revista Life&Style, otra de las peticiones que hizo es que la gente que está alrededor se desinfecte las manos antes de tocarla y tome agua Fiji.
Tener un chofer disponible las 24 horas y que en el escenario no haya ninguna otra mujer, también forman parte de la lista que le hizo llegar a los organizadores de sus shows en la Ciudad del Pecado.
Los “caprichos” de la cantante han sido cuestionados debido a que su espectáculo ha quedado a deber, según algunos medios.
En una crítica del New York Times se afirma que cada vez es más evidente que a la diva se le complica llegar a las notas altas en sus temas.
En Los Angeles Times además de consignar su lucha por las notas altas, se afirma que la cantante se veía nerviosa en su debut el pasado miércoles.
En medio de las críticas por su espectáculo, Mariah Carey disfrutó este fin de semana de un show stripper de su amigo Tyson Beckford.
La diva fue elegida de entre el público para disfrutar de un baile y hasta colocó un billete en el short de Tyson