Grupo Metrópoli

Maria Reyna González López

¡QUE CONSTE,… LOS OLVIDADOS!

POR SÓCRATES A. CAMPOS LEMUS.

         Vivir en LOS MIXES es no sé, cómo explicarlo… una tierra de indios valientes, no se dejaron vencer por los enemigos y tampoco por la naturaleza, pero también te aísla, te deja fuera de todo lo que hay en el mundo y en el país, nos quedamos indios y somos mexicanos, más mexicanos que muchos que dicen que lo son. Nosotros queremos a nuestros abuelos, los amamos, los respetamos, a las madres las adoramos y no tenemos complejos de Edipo o cosas por el estilo que dicen los criollo pasan cuando amas a tus ancestros, no, solamente los queremos, tampoco odiamos a los padres a pesar de que son como son, bruscos, fuertes, directos, agresivos, locos, egoístas, celosos, brutales, así son, así los han forjado y formado por generaciones. Las mujeres sabemos de eso, lo sufrimos y entendemos que el trago es cosa de ellos y eso les nubla la cabeza y el entendimiento, sabemos que no entienden y que son cerrados y necios, no es que sean malos, solamente son cerrados y necios porque así son, así los han tenido y así las costumbres los han limitado. Los amamos, sabemos que al final son como niños y también lloran y entienden cuando escuchan un canto y vemos que son sensibles y no son cerrados ni duros, solo que no entienden y a veces, el no entender, los hace temerosos de que los engañen y mejor se cierran en sus montes y en sus costumbres y de ahí no quieren salir. Ellos saben que si salen tienen que pelear, y ellos, son guerreros, son fuertes y valientes y también quieren y aman a los suyos, y por amor, saben dar la vida y morir por lo que más quieren…

         Soy de Mixes, Tlahuiloltepec, Oaxaca, y nos gusta la falda de vuelo porque los aires de la montaña nos hacen sentir que volamos y escuchamos los cantos de los pájaros desde muy lejos y las caídas del agua, el tortear o el moler del nixtamal, el caer goteando del mezcal o nos llegan los olores de los ganados y de las cabras y borregos y gallinas o gallos y patos y la alondra o los pájaros que cantan y nos hacen pensar que todos nos entendemos con el canto, y desde niña sentí que lo podía hacer, que de mi garganta salían las notas y se fugaban en el viento y muchos niños y mujeres sentían que les llegaba a pesar de no entender, el mixe, si no lo sabes  y lo hablas, no lo entiendes, pero el mixe cantado es como un solo flechazo de amor y todos se dejan caer ante su fuerza y sus acordes, es como si todos tuviéramos un mismo lenguaje, no necesitas entender, solamente lo sientes, y sin entender lo que quiere decir sabes que te conmueve el corazón, te hace llorar o reír o te deja tranquilo en el sentimiento y en paz contigo mismo.

         Yo no sabía de notas y de acordes y de soplos y de respiraciones y de cantos nuevos en italiano o lo que era la ópera, ni sabía que existían escuelas para esto, y de pronto, sentí que ya no quería estar allá, no quería estar encerrada entre los montes de Tlahuiloltepec y sabia las canciones que escuchaba, y en especial, “madrecita”, que la canto como un mensaje de amor y de mucho agradecimiento al apoyo de mi madre y de las mujeres que son las que rompen las costumbres y salen para mostrar que también se puede triunfar a pesar de ser indios y vestir con faldas  de vuelo amplio y huipil bordado a mano, y hoy, me encuentro en el gran Palacio de Bellas Artes, ese que ordenó su construcción otro oaxaqueño, necio y brillante, visionario, como lo fuera Porfirio Díaz Mori y voy a cantar en Mixe, muchas canciones en Mixe, me llamo: María Reyna González López, y gracias a mi maestro Marcos, empecé a tener contacto con los conocimientos, solamente cantaba por cantar, porque me nacía, porque era como un borbotón que me salía del pecho desde que era pequeña y así fui cantando de solista, y qué importante estar sola sabiendo que todo depende de una. La fa,  sol,  mí,  re, do y cómo se van formando los cantos y la música que sale de todas las almas como una sola voz, sin idiomas, todos la entienden. ¿No se conmueve cuando escucha a los niños en la sierra tocar el Himno a la Alegría de Bethoven?, más cuando sabes que no hablan español y leen las partituras, porque la música es el verdadero lenguaje universal, el que todos entendemos. A lo largo de mis experiencias he cantado en italiano partes de óperas y no sé bien que dicen, pero las siento, siento cuando beso, cuando lloro, cuando me alejo, cuando llego y me abrazan o cuando vivo o muero y así, cuando canto en Mixe, también veo las caras de todos y veo sus reacciones de amor, de odio, de celos, de alegría, tristeza, muerte, vida, y el canto es parte de la misma vida, es como el lenguaje de la tierra. El canto no necesita ni señas. Cuando niña y estaba triste en las montañas, me acostaba y escuchaba los latidos de la tierra, los sonidos de las estrellas, los cantos de la luna o de las constelaciones o el rugir del centro del mundo o el silencio o la paciencia y la soledad, hasta el silencio tiene sus sonidos y sus encantos porque es la magia, el lenguaje de la magia y es por ello que los músicos y los poetas somos como los sacerdotes del alma en esas sierras y por eso, aunque nos vayamos lejos, muy lejos, siempre, nuestro corazón se arraiga en esas montañas y esos recuerdos y son raíces profundas, muy profundas, y por eso los indios tenemos la misión de cuidar el alma y las tradiciones y los rumores y los cuentos de aparecidos y los brujos y los nahuales y los espantos y los vientos y las alegrías y las soledades, somos sacerdotes y sacerdotisas de la tradición y de la vida, por eso cuando cierro los ojos y canto veo a la diosa Centloalt y veo a María Sabina y a la Valentina y la María Candelaria y a las mujeres pintadas por Tamayo o por Diego Rivera o veo los colores de los pintores de Oaxaca sacados de la tierra, de la grana cochinilla, del caracol, veo los bordados de cielo y de seda y las puntadas sencillas que forman la flor y el pájaro y el colibrí y huelo la madre tierra seca o húmeda y escucho el susurro del viento y canto, canto en Mixe que es el canto de mi tierra y me siento vivir, me siento alegre porque salí y soy, ahora, algo que ofrecer al mundo: sus tradiciones y sus costumbres, sus olores y sus sueños hechos realidad… gracias a Dios y a las mujeres mixes que me alentaron a ser y salir y crecer y cantar, y ahora, les canto en Mixe las óperas y otras canciones de mi tierra, de mi amada y hermosa y mágica tierra…envuelta en la falda de vuelo, volando y estando entre ellas…do re mi fa sol la si do….

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