Por: Hugo Díaz
De sorprendidos se autocalificaron los más inocentes con el hecho que antier se dio en Nueva Rosita cuando el alcalde De ahí Julio Iván Long Hernández anunció su renuncia al PAN y su inmediata reincorporación a las filas del partido que lo comenzó a formar en la política partidista, el PRI.
Vamos por el principio Julio Long es un joven político, destacado hoy por ser alcalde de Nueva Rosita con gran aceptación por la gestión que ha realizado, de tal manera que es el primer alcalde reelecto en la llamada capital de los precios bajos (diga usted si no tiene aceptación) que su formación política se la debe a la famosa escuela de cuadros del PRI.
Es decir Julio Iván comenzó en el PRI y logró destacar de tal manera que mostró madera para llegar a ser alcalde; sin embargo en el tricolor no logró obtener la candidatura y prefirió retirarse a buscar mejores horizontes, horizontes que encontró en el PAN de tal suerte que logró la candidatura, perdiendo en una primera oportunidad frente a César Gutiérrez del PRI, pero luego ganó al hilo dos procesos.
La reconciliación de joven alcalde de Nueva Rosita con el PRI que lo vio nacer no debe sorprender a nadie, pues Julio fue muy claro en su mensaje “me convence la forma de trabajar de alguien que sé que puede hacer mucho por mi tierra por Nueva Rosita. He decidido incorporarme al PRI para trabajar al lado de Chachis Boone y que logre la alcaldía de San Juan de Sabinas”.
Tendríamos que preguntar en un ejercicio de reflexión ¿qué dijeron los que hoy quieren quemar en leña verde a Julio cuando éste dejo al PRI y se fue al PAN? ¿Que era la mejor decisión, que era un político muy valiente, muy inteligente y quien sabe cuantos otros adjetivos que denotaban las cualidades del joven?
Definitivamente que no se puede ser más papista que el papa, mientras el electorado no deje de practicar el maniqueísmo político a la hora de elegir a los gobernantes difícilmente un debate, una charla, un acercamiento un plan de trabajo ayudará a elegir a los mejores.
Dividir desde nuestra perspectiva a buenos y malos sin atinar a distinguir las tonalidades de los grises solo encaminará a ver un mundo en blanco y negro, en el que por supuesto quien habla está del lado de los buenos y el resto está en el lado de los malos.
La binaria forma de ver a la política de ese modo ha dejado a nivel nacional una polarización que en nada abona a la democracia (sea poca o sea mucha) que tenemos en México. Entender que nuestros políticos son seres humanos y que en ello tienen cosas buenas y cosas malas que en cada momento les llevara a tomar decisiones que en su óptica les ayuden a cumplir con los objetivos que cada uno tiene, será la mejor manera de entender a nuestros políticos y no llevarlos al grado de ídolos pensando que jamás podrán cambiar de opinión.