Home Opinión Arnoldo Huerta Rincón Lo juzgado está…¿para quién?

Lo juzgado está…¿para quién?

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Lo juzgado está…¿para quién?

Lo juzgado está…¿para quién?

“Quien se enfada por las críticas, reconoce que las tenía merecidas” Tácito

            La semana pasada, la Ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Lenia Batres, presentó ante el Pleno un proyecto que busca revocar una decisión adoptada por la integración anterior de la Corte, con el fin de reabrir el estudio de un asunto relacionado con el pago de impuestos por parte de la empresa FEMSA.

            La Ministra sostiene que la resolución previa no constituye “cosa juzgada” porque, según su postura, no se analizó el fondo del asunto. Sin embargo, diversas barras de abogados y especialistas en derecho han señalado que esta interpretación es errónea, pues la resolución ya causó estado y se encuentra firme. Además, que no existe fundamento constitucional o legal que faculte a la propia Corte a revocar una determinación previamente emitida.

            Ante este escenario, la Presidenta de la República, Claudia Sheinbaum, expresó que “lo juzgado, juzgado está” y que la Suprema Corte debería concentrarse en los asuntos pendientes por resolver.

            Estamos viviendo momentos de incertidumbre jurídica, y este caso es un claro ejemplo. Que sea la titular del Poder Ejecutivo quien deba salir a subrayar la necesidad de respetar el Estado de derecho es, por sí mismo, un mensaje político relevante.

            Es cierto que las integraciones anteriores de la Suprema Corte también fueron cuestionadas por especialistas del derecho respecto a la protección de principios como la seguridad jurídica. No es algo nuevo, aunque se pretenda presentar como tal. En política, y más en el derecho, la forma es fondo.

            Las formas son esenciales para encauzar cualquier proyecto político o jurídico. Estas formas se sustentan en prerrogativas y derechos fundamentales que deben respetarse sin importar la ideología del gobierno en turno.

            Relacionado con este tema, se percibe en el país una mínima tolerancia a la crítica. Un ejemplo palpable es el del senador Noroña: cuando era oposición se mostraba aguerrido e irreverente; hoy, ante cualquier señalamiento, reacciona con incomodidad e incluso, en ocasiones, denota actitudes que rayan en lo agresivo.

            No hay que olvidar que MORENA nació como un movimiento social de regeneración nacional. Su transición a partido político provocó que algunos de sus miembros originales se distanciaran, al considerar que se había perdido la esencia del proyecto.

            La Presidenta hizo un llamado de atención con su declaración sobre el actuar de la Suprema Corte; sin embargo, ese llamado debería extenderse a cualquier servidor público que no esté ejerciendo el poder en beneficio de la ciudadanía.

            Las libertades humanas son la base de todo Estado democrático, por ello deben promoverse y protegerse; la crítica forma parte de este conjunto de derechos, porque nos permite mejorar. Las y los políticos que no toleran la crítica exhiben carencias formativas y diplomáticas, minimizar movimientos sociales o desestimar manifestaciones ante problemas reales del país, no solo refleja inmadurez política, sino una contradicción con los principios que son base de su partido y de los cuales, la propia Presidenta Nacional, exige respeto.

RECOMENDACIÓN SEMANAL: La película “One battle after another” es imperdible, con actuaciones de primer nivel de Sean Penn y Leonardo Di Caprio, seguramente será objeto de múltiples nominaciones en los próximos premios Óscar. 

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