por: Carmen Munguía
Los llamados “human rights” o derechos humanos, agrupan a muchos derechos, entre ellos, el derecho a la ciencia, que fue reconocido desde la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 y que cobra especial relevancia en este momento histórico y político en el que el mundo entero hace frente a la pandemia de Covid19 que ha provocado una crisis sanitaria sin precedente, y que lamentablemente no ha llegado a su fin.
El derecho a la ciencia cobra relevancia especialmente, cuando vemos en países como Francia, protestas contra las medidas emprendidas por el Presidente Emmanuel Macron, entre ellas, la vacunación obligatoria para algunos(as) profesionales y pases sanitarios para ingresar a lugares concurridos,es decir, una documento que acredite que las personas son negativas al virus, están completamente vacunadas o se han recuperado recientemente de la enfermedad.
“No es libertad, es irresponsabilidad” ha pronunciado Macron respecto a las protestas. En tanto, se han difundido en algunos medios de comunicación, algunos posicionamientos de quienes protestan, quienes alegan que en concreto, la medida del pase sanitario que se solicita para incurrir en actividades cotidianas, desprecia las libertades democráticas.
Sin lugar a dudas, el debate es sumamente interesante, pero antes de entrar en una discusión acalorada, sería muy recomendable dar lectura y repasar la Observación General No. 5 (2020) relativa a la ciencia y a los derechos económicos, sociales y culturales del Comité de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales, en donde, primeramente, se hace referencia al “progreso científico” poniendo de relieve la capacidad de la ciencia para contribuir al bienestar de las personas y la humanidad, haciéndose énfasis en que por lo anterior, los Estados deben priorizar el desarrollo de la ciencia al servicio de la paz y los derechos humanos frente a otros usos.
Asimismo, en la misma Observación, se habla de un elemento importantísimo, la “aceptabilidad”, y es que como ocurre con otros derechos humanos, de la misma forma sucede con el derecho a la ciencia, es importante que se lleven a cabo los esfuerzos necesarios para que la ciencia se explique a las personas, que sus aplicaciones se difundan, de tal manera, que se facilite su aceptación en diferentes contextos culturales y sociales.
La democracia no se puede desvincular de la libertad en absoluto, es verdad, empero, y por otro lado, debemos tener claro que la ciencia, especialmente en medio de una crisis sanitaria como la que ahora a nivel global enfrentamos, es una herramienta, una contribución indispensable para lograr poner fin a la pandemia que ha provocado millones de muertes en el planeta. Según datos de la Agencia de Naciones Unidas para la salud en el continente, en países con suministro adecuado de vacunas, las infecciones están disminuyendo, es por ello que los exhortos de Naciones Unidas se centran más bien en que haya vacunas para todas las personas en todos los países y no sólo en las poblaciones de los países ricos. E
l énfasis debe ponerse entonces, en el elemento de la aceptabilidad, en explicar de la mejor manera la contribución de la ciencia en la contención de la pandemia, en lograr la aceptación de medidas sostenidas en la ciencia, pero por supuesto, considerando contextos sociales y culturales diversos, ahora en Francia, mañana en cualquier otro país del mundo, para que dichas medidas no sean tomadas como autoritarias, como una afrenta o desprecio a la libertad, a los valores democráticos.
