FACTOR ENTRE DOS
Por: José Efraín Caballero Sevilla
La felicidad como índice de bienestar.
El pueblo mexicano, tradicionalmente se ha caracterizado por proyectar una imagen de cordialidad y felicidad, y sirve como referencia a los ciudadanos extranjeros que visitan nuestro país, llevándose una buena imagen ante la atención brindada recibida.
Aun con la adversidad que han representado en los últimos lustros, una deficiente seguridad pública y diversas problemáticas, emanadas de anteriores sexenios en la administración política del país, al resto del mundo le gusta México.
Lo demuestran los ingresos turísticos que mantienen al país, como una de las principales industrias a nivel mundial, ya que de esta actividad México recibió a 44,7 millones de turistas en 2019, un 8 por ciento más que el año anterior, y 24 mil millones de dólares, que por cierto la industria turística nacional ha sido muy afectada este año por la crisis de salud mundial.
No son solo las playas ni los diferentes destinos turísticos los que atraen a los visitantes, es también el carácter alegre de los mexicanos, sus diversas festividades culturales, que son una tradición y demuestran que el mexicano se siente feliz de sus raíces y de su cultura.
México ocupa el segundo lugar a nivel mundial como el país más feliz del mundo, según el Índice de Felicidad del Planeta (Happy Planet Index por sus siglas inglés), esta medición se dio cerrando el año anterior.
“El bienestar en México es más alto que en Estados Unidos, a pesar de que la economía de México es casi cinco veces más pequeña y su Huella Ecológica casi un tercio del tamaño”, mencionó el Índice de Felicidad del Planeta.
En relación a este tema, el gobierno federal tiene ya el proyecto y la intención de obtener una medición de prosperidad y felicidad, que operaría desde la Secretaría del Bienestar, por lo que ya se está trabajando en la metodología para llevarla a la práctica.
Este concepto va de la mano con la visión de gobierno, del Presidente Andrés Manuel López Obrador, plasmada en su libro ‘Hacia una economía moral’, que refleja la visión del gobierno, en materia económica, seguridad y política exterior.
La nueva filosofía en la administración pública federal, pretende relacionar los índices del Producto interno bruto, con una mejor distribución de la riqueza, y al igual que países que vinculan el desarrollo con la felicidad, como Finlandia o Nueva Zelanda, quiere medir su desarrollo en adelante con indicadores más allá que económicos.
En la cultura popular mexicana, existe el dicho que, si una persona tiene salud, lo demás es secundario, sin embargo, el miedo a perderla por la pandemia de coronavirus tiene una implicación en las personas.
El Covid – 19 ha tenido una influencia negativa en los últimos meses en la felicidad de la gente, según diversas encuestas realizadas por medios nacionales, se indica que cae el porcentaje en casi un 20 por ciento, y lo han resentido mayormente las clases desfavorecidas.
El Presidente, afirmó que el país está superando las crisis sanitarias del coronavirus y la económica, utilizando su fórmula de “economía social”, la cual, dijo, va a patentar.
Se puede considerar, que la mayoría de los ciudadanos aún mantiene confianza en el gobierno federal, ante la entrega de apoyos institucionales a los adultos mayores, a los estudiantes de escuelas públicas, a quienes desean establecer un micro negocio con créditos a la palabra, etc. Porque, aunque el dinero no es la felicidad, si ayuda en estos tiempos, en eso estamos de acuerdo.
Esta época, demanda de una mayor integración familiar dentro de la sana distancia. Mientras no llegue la vacuna, el mejor método es cuidar de los demás cuidándonos a nosotros mismos. Mantenernos sanos y aislados, ayudará a nuestra familia y círculo social, a que seamos más felices. Como dice ese gran adagio nuestro: mientras tengamos salud, lo tenemos todo.
Querido lector, tenga un excelente día nos leemos la próxima.
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