Por: Eusebio Ruiz Ruiz.
Palabra rara la que aparece como título; lo que es y sus características no tienen nada de raro.
“Kakistocracia”, término que tiene su origen en el griego antiguo, seguramente el lector lo podrá aplicar y con facilidad le recordará nombres y apellidos.
Son dos las voces griegas que componen este vocablo: El primer término es kákistos, superlativo de kakós, que significa malo, sucio, despreciable, defectuoso, incapaz, innoble, cobarde, funesto; kákistos es el grado más alto de todo lo que kakós significa, es decir, lo peor; el plural de kákistos es kákistoi, que significa los peores. El segundo término es la pseudodesinencia kratía, de la raíz krátos, que significa poder, autoridad, gobierno, dominio.
Atendiendo a su etimología, la kakistocracia es el gobierno que ejercen los peores o los menos capaces.
El término kakistocracia fue acuñado y popularizado por el filósofo, politólogo y profesor Michelangelo Bovero.
¿Cómo es el gobierno de los peores? Treinta características de la kakistocracia nos darán la respuesta.
• No es una forma de gobierno que esté oficialmente reconocida, se presenta cuando se pervierte y arruina cualquier forma legítima de gobernar, incluyendo la democracia, se degenera porque al frente están los políticos más incompetentes, más cínicos, menos calificados, carentes de prestigio, los que no saben hacer nada, los que solo viven de la política, los peores.
• Al estar el poder concentrado en las manos de los peores, éstos se sirven de sus cargos para beneficiarse y favorecer a sus familiares, amigos e incondicionales, el nepotismo se vuelve la práctica ordinaria.
• La pluralidad política no es bien vista, no se respeta y se utiliza para restar fuerza a la oposición competente.
• Ataca y busca debilitar todo: Prensa, organizaciones civiles, organizaciones religiosas, organismos internacionales, instituciones educativas y a cualquiera que le cuestione y critique su manera de actuar.
• Se coloca por encima de la ley, obstaculiza la justicia, la Constitución se manipula, modifica y se ajusta según convenga, la intención es que el gobernante o el grupo político en turno puedan seguir en el poder. Como dice el abogado venezolano y profesor universitario, Allan R. Brewer, la Constitución se vuelve de plastilina.
• El que gobierna está enfermo de poder, se contempla a sí mismo, o lo hacen sentirse, como la encarnación del pueblo, es entonces cuando las decisiones dejan de ser la expresión de la voluntad general y se convierten en la voluntad del gobernante.
• A la inversión privada se le colocan obstáculos, los que generan riqueza son vistos como los enemigos del pueblo, se acentúa la división y el odio entre las clases sociales, la economía del país se va en picada, se empobrece cada vez más a la población, en consecuencia, las personas emigran, la fuerza de trabajo desaparece.
• La población se vuelve dependiente de los granos y migajas que el gobierno le arroja.
• A los más desfavorecidos económicamente se les ayuda para poder disponer de ellos, son utilizados demagógicamente.
• Los errores que se cometen por incompetencia no se aceptan, se responsabiliza a los adversarios políticos.
• Se desprecia la democracia, las instituciones democráticas se debilitan, hasta destruirlas; se engaña con un falso o aparente sistema democrático.
• Los opositores son encarcelados, torturados, desterrados, desaparecidos o asesinados.
• Las elecciones no son limpias, se somete y manipula al órgano electoral; el candidato es escogido por el gobernante en turno, lo lleva de la mano al poder, lo demás es mero trámite. El fraude y la manipulación son perfectos.
• Lucha para erradicar la rendición de cuentas, la transparencia y la participación política.
• La violación a los derechos humanos es continua, los que se organizan para defenderlos son acusados de traidores a la patria, guerrilleros o terroristas.
• No conviene ni se respeta la división de poderes, todo contrapeso es demolido, el poder se centra y concentra en unos cuantos, al llegar a este punto la democracia desaparece.
• La ciencia, la tecnología, las energías renovables, el desarrollo sustentable, la educación y la salud pública se van hundiendo, perpetuando ignorancia, enfermedad, pobreza, desigualdad social, apatía y pérdida en la calidad de vida.
• Se elaboran libros de texto para domesticar al alumno, no para educarlo.
• Surgen las carreras universitarias “relámpago”, a menor preparación académica, menor posibilidad de progresar.
• El descontento ciudadano, la ignorancia, la carencia de educación, la apatía y la pereza son utilizadas para imponer intereses personales o de grupo.
• Se ocultan las estadísticas que hablen mal del gobierno, aparecen otros datos, la verdad se oculta, la mentira es el pan de cada día, es el régimen de la falsedad y el engaño.
• Se imponen jueces a la medida del que gobierna, títeres que garanticen fidelidad plena, el poder judicial se convierte en el principal instrumento de autoritarismo, volviendo lo legal en ilegal y lo ilegal en legal, según convenga.
• Si hay protestas se minimizan, se reprimen o se intentan reprimir.
• Se incita a la violencia, se tolera, se le abraza, se normaliza, se ata a las fuerzas armadas o se les distrae en otras actividades, hasta que los violentos reinan a lo largo y ancho de un país, se organizan ejércitos paralelos a los legítimos y la paz social se ausenta.
• Los medios de comunicación que no aplauden al gobernante son controlados, si se rebelan son atacados, comprados o cerrados.
• Se pierden todo tipo de libertades.
• Las promesas de campaña son olvidadas y traicionadas.
• Los pueblos y las ciudades se afean por el abandono en que se encuentran, se carece de una planificación y gestión competente para evitar el deterioro de los servicios públicos.
• El Estado de derecho -condición necesaria para que la democracia sea real- se derrumba y es pisoteado.
• El gobernante y sus colaboradores cercanos afirman y reafirman con orgullo que la corrupción se combate y disminuye, que se vive en la democracia, que se tiene libertad, que hay avances, que se tiene una educación de excelencia, que la pobreza se vence cada día, que el sistema de salud es de los mejores, que hay paz social, etc., mientras todo esto se dice a gritos, los peores políticos y el ciudadano que los eligió, son los principales causantes de la descomposición y el hundimiento de un país.
Salir del gobierno de los peores es una tarea sumamente difícil, como dice el editorialista Alejandro Vázquez: “primero se congela el infierno”.
Seamos de los mejores en la familia, en la escuela, en el trabajo, en la iglesia, en la sociedad, en lo recreativo, en el club, en el sindicato, en la profesión, en la colonia… No nos acostumbremos a vivir en lo peor ni con los peores.