*Incredulidad, desconfianza en el GF muestran afectados por el sismo
*Secretarios deshonestos y corruptos al frente de la reconstrucción
Por Luis Repper Jaramillo*
lrepperjaramillo@yahoo.com
Dice el refrán popular “al perro más flaco se le cargan las pulgas”, esta metáfora se aplica perfectamente al actual inquilino de Los Pinos, que de suyo tener un gobierno fallido y hasta la naturaleza le asesta su dosis de perversidad: la desgracia.
El terremoto de 8.2 grados en la Escala de Richter que hace dos semanas laceró los Estados de Oaxaca y Chiapas, vino a decirle a los mexicanos que al gobierno federal del PRI “le llueve sobre mojado”.
Y mire que no se trata de “culpar” a Enrique Peña Nieto de esta calamidad, desde luego que no, pero lo que sigue (la restructuración de los daños) sí deja todas las dudas de que esto suceda, por la desconfianza e incredulidad de la sociedad en el gobierno peñista, en donde la corrupción, las complicidades, los “derechos de sangre” y la IMPUNIDAD han sido el sello de un sexenio que inició pésimo, por ignorancia, incapacidad, carencia de perfiles profesionales, de vocación de servicio y de “compromisos” con la pandilla de Atlacomulco.
Cualquier acción que ofrezcan, digan, hagan los secretarios del gabinete, salvo Ejercito, Marina y Protección Civil, a los demás no se les cree, incluido Peña Nieto. Y no es casual, sino causal, por el desprestigio y corrupción de que han hecho gala los Ruiz Esparza, Robles Berlanga, Osorio Chong, Nuño Mayer, Miranda Nava (uno de los tres más corruptos)… y se lo han ganado a ley.
Es lastimoso ver in situ, a través de la televisión y las redes sociales, cómo los afectados claman apoyos, justicia, atención, incluso, misericordia del gobierno federal, porque el estatal y municipal, están muy sucios y corrompidos, por lo que los dañados cifran sus esperanzas en el gobierno de la república… pero… están tan desprestigiados que al final del día quien sale al rescate ha sido la sociedad, los mexicanos de otras entidades y algunos grupos sociales, cómo se ha demostrado.
Semanas antes de la tragedia funcionarios peñistas reincidieron en actos de corrupción, como el caso de la Estafa Maestra, en la que la titular de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU), Rosario Robles Berlanga, está envuelta en escándalo de corrupción, por más de 7 mil millones de pesos, por lo que su presencia en las zonas devastadas de Oaxaca y Chiapas, no le da calidad moral para “prometer” u ofrecer soluciones.
Qué decir del Secretario de Desarrollo Social, Luis Miranda Nava, compadre de Enrique Peña Nieto, quien desde su llegada a la Sedesol supo para qué es el puesto: para robar, para defraudar el dinero que según el Plan Global de Desarrollo del sexenio 2012-2018 (priista) es para erradicar la pobreza y pobreza extrema que padecen más de 52 millones de mexicanos… bueno, románticamente, para eso es, pero “el compadre” opina otra cosa.
Al asumir el relevo, de otra corrupta, Rosario Robles Berlanga, el atlacomulquense dispuso de inmediato renovar todo el sistema digital (de cómputo) de la Secretaría y para ello depredó algo así como 1950 millones de pesos, que asignó –sin convocatoria de ley- directamente a una empresa afín a sus intereses, con el consabido “moche” del 50 por ciento de los contratos para su bolsa… y así fue.
Luego cuando en rueda de prensa a Miranda Nava los periodistas le pidieron que explicara ¿de qué manera la Sedesol viene implementando los programas contra la marginación? Mostrando vergonzosa ignorancia (no olvide es compadre de Peña Nieto) pretendió descifrarlo con peras y manzanas, pero fueron tan torpes sus argumentos, que esos frutos quedaron hechos puré… nadie entendió ¿qué quiso decir? De ahí la realidad de que la pobreza en el país va en aumento.
Más reciente, “el compadre” se metió en otro problema grave, al descubrirse que su hermana María del Carmen y el esposo de ésta, Víctor Mercado Galán, son propietarios de 3 gasolinerías en el Estado de México (obvio), pero esto no es lo malo, sino que se descubrió que al menos en una “Súper Servicio MyM SA de CV” ubicada en la carretera Mexicaltzingo-Santtiago Tianguistenco, vende gasolina robada, es decir, comprada a huachicoleros y expendida como si la adquiriera a Pemex.
Ante tal circunstancia, Miranda Nava, para curarse en salud respondió “es mi hermana, pero cómo voy a saber lo que tiene mi hermana y mi cuñado, no sé de sus negocios ni me interesa. No les ando revisando su patrimonio ni cómo lo hicieron”. Ante la insistencia de los reporteros, el (des) funcionario en tono molesto espetó “no me meto en la vida de mis parientes, cómo voy a ir a ver esto y decirles ¿pagaste tu tenencia?’, yo ¿qué chingaos? Cada uno tiene una historia diferente, ellos viven en Toluca yo vivo en México”
Y el tercer secretario súper corrupto, Gerardo Ruiz Esparza, “gurú” de Peña Nieto, se mantiene en bajo perfil para evitar exhibirse de sus raterías, transas e impunidad. Lo más reciente del caso Chiapas/Oaxaca, fue que aseguró que las carreteras que confluyen a ambas entidades no sufrieron daño por el Sismo?
Ruiz Esparza no quiere que los medios de comunicación decentes (no la televisión, ni radios y diarios afines al Sistema) lo balconeen comparando la desgracia de las zonas dañadas, con las corruptelas del Socavón del Paso Express en Morelos, por ello, su Jefe no lo ha llevado a las visitas en las regiones devastadas.
Por esto y ante la desconfianza y temor de los damnificados de que Rosario Robles, Luis Miranda u Osorio Chong manejen los presupuestos públicos para la reconstrucción y atención prioritaria, señalan que sea la sociedad civil, algunos organismos no gubernamentales, el ejército quienes dispongan los programas y paguen directamente a quienes realizarán los trabajos, no sea que aquellos guarden para sí y sus grupos algún “moche”.
Es evidente que a este gobierno federal de la corrupción, los grupos que han sufrido impactos naturales, pugnan porque sean instituciones no gubernamentales quienes los apoyen y si es la población, mejor.
Lamentablemente experiencias del pasado han hecho duros e incrédulos a los mexicanos, pues tras las actividades de reparación de los daños y de la repartición de bienes para paliar la desgracia, se han localizado bodegas, domicilios, sitios de presidentes municipales, gobernadores, funcionarios públicos, diputados locales, federales y otros, atiborrados de despensas, tinacos, cemento, varillas, láminas de cartón y otras donaciones que evidencian la corrupción, rapiña, robo, estigma que carga en sus hombros el sexenio peñista.
En los momentos más críticos de la desgracia, la Secretaría de la Función Pública, en donde cobra sueldo millonario por medio trabajar, Arely Gómez González -un “compromiso” de Peña Nieto con Televisa-, detectó otra corruptela más del Socavón de Gerardo Ruiz Esparza, “en su construcción hubo supervisión deficiente, ampliación injustificada de contrato, pago de sobreprecios por 116.8 millones de pesos, trabajos sin comprobar por 197.7 millones de pesos y ocho omisiones a las recomendaciones técnicas durante la ejecución de los trabajos” que sumados dan Mil 34 millones 400 mil pesos (1034.4 mdp)… bueno, ya comprobado ¿qué hacer con ese dinero?
Dada la emergencia en Oaxaca y Chiapas, en un país con gobierno digno, decente, transparente, honesto, inteligente, probo, responsable, honorable (que no es el caso de México), se recuperaría el recurso, quitándoselo a los rateros y canalizarlo a labores de reconstrucción, impulso al empleo, creación de infraestructura hospitalaria, de seguridad pública, electricidad, agua potable, pavimentación, educación, etc. entregándolo a instituciones no gubernamentales de probada honradez, bajo la supervisión de los propios ciudadanos afectados, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, El Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), la Cruz Roja Mexicana, para su ejecución.
Parece sueño guajiro, pero esa sería una forma de sancionar a los deshonestos, pegándoles en donde más duele: sus bolsillos y sus cuentas bancarias… Pero esto no lo hará la fallida administración peñista (PRI), porque no sabe hacerlo y porque los dineros mal habidos serán el sustento de sus campañas políticas en 2018. Así ha sido siempre ¿por qué, cambiarían? Sólo recuerden la rapiña en el año 2000, del líder petrolero, hoy Senador del PRI, Carlos Romero Deschamps, quien robó las cuotas sindicales de los trabajadores de Pemex, para regalarle a su candidato presidencial, Francisco Labastida Ochoa, mil 500 millones de pesos… y perdió la elección ante el panista Vicente Fox.
Dinero hay en el país para solucionar el problema de Oaxaca y Chiapas, sólo que el gobierno federal tiene otro objetivo en mente, no perder la elección presidencial y para ello utilizará todo el dinero bueno del país, para apoyar al candidato priista que por dedazo está a punto de designar.
A Peña Nieto no le interesa solucionar las desgracias del país, al fin y al cabo su fallido gobierno no levantará, entonces “que se jodan” los mexicanos, pensará… pero no será tan fácil su deseo, pues una vez que concluya su nefasto gobierno ya lo esperan denuncias, acusaciones, evidencias, videos, etc. que lo pondrán en donde siempre debió estar: en la ignominia, el desprecio, el repudio, la cárcel o el auto exilio. Por eso hay que vigilarlo siempre, no nos vaya a hacer lo que su amigo y “gobernador moderno”, Javier Duarte de Ochoa… ¿qué… no?
*Miembro de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión (ANPERT) y de Comunicadores por la Unidad (CxU)