*Funcionarios y políticos más ocupados en su futuro que en el bienestar popular
*Sería indigno y perverso que haya campañas electorales el próximo año
Por Luis Repper Jaramillo*
Faltan casi 250 días para la madre de todas las elecciones, la presidencial de 2018, renovación total del Congreso (senadores y diputados), algunos gobernadores, Jefatura de Gobierno de la CDMX, la ALDF, etc. y los actuales funcionarios públicos de esos cargos, los haraganes legisladores federales y locales no han hecho su trabajo dignamente y… ¡porquería!, ya están moviéndose para saltar –como chapulines- a otro cargo, descuidando… (Bueno, siempre lo han hecho) su encomienda, y ya piensan en el siguiente “hueso”.
Qué indignos, qué miserables, qué inmorales, aun no se restañan las heridas sociales, humanas, económicas de las tragedias del 7, 19 de septiembre y estos sátrapas ya sueñan con la candidatura, como el inútil Miguel Ángel Mancera Espinosa, quien destruyó –con sus ocurrencias- la capital del país, y el insensato ya desespera porque lo nominen candidato presidencial.
Amenazó que en noviembre pediría licencia al cargo para iniciar su campaña, pero olvida que su estela de incapacidad, desorden, indiferencia, valemadrismo, etc. por los habitantes de la Ciudad ha roto la calidad de vida y sueños de los capitalinos; además de ver como la gran metrópoli está bombardeada, colapsada por las irracionales obras que lejos de beneficiar la movilidad de locales y visitantes, está convertida en un infierno urbano.
En el gabinete peñista las cosas andas igual, quienes deben estar absolutamente concentrados en corregir el fallido sexenio priista, se distraen en pretensiones políticas, como José Antonio Meade, de Hacienda, Aurelio Nuño, de la SEP, Osorio Chong, de Gobernación, el junior Enrique de la Madrid, de la Sectur; y el titular de Salud, José Narro, quienes un día sí y otro también se placean en los medios de comunicación, ponderando su imagen, sus “acciones”. ¿Será por eso que la administración está cómo está?
Desde luego que sí, aunque déjenme les digo, esto es mal de origen.
Mientras los políticos y sus partidos se frotan las manos, porque a pesar de que “renunciaron” a las prerrogativas para el próximo año, por la presión social, para canalizar esos recursos a los damnificados del 7/19 S, por ahí el nefasto=elefante blanco=INE, no dude, sacará un As de la manga, para no “desamparar” a los partidos, con un presupuesto “guardadito” y mantener la sobrevivencia de esa instancia que estorba a la democracia del país.
Córdova Vianello sabe que sin partidos no tiene por qué existir esta cueva de Alibabá, o en el menor de los casos, reducirla a una oficina responsable de organizar elecciones, sin el enorme aparato burocrático y sus consecuencias como prerrogativas, bonos, telefonía celular, autos, gastos onerosos, viajes innecesarios, etc.
Sería un despropósito que en el año electoral, del erario público se financien campañas políticas, pues aunque los paseos mediáticos de Nuño, Osorio, Meade, Mancera, De la Madrid, suenan o quieren hacerlo parecer trabajo de campo en socorro de los dañados, la verdadera verdad, es que estos actores tiene el dedazo de Peña Nieto para abonar a su imagen personal y caer bien a la gente. Pero no es más que un juego sucio, perverso del Sistema y sus partidos que ya están en plena campaña electoral, a costa de la tragedia de los sismos e inundaciones.
Que no nos vean la cara de tontos, al gobierno le convino estas tragedias, pues menospreciado, apabullado, sumido en la inmundicia de sus propios hechos de corrupción, los aliados del sistema, como Motosfky, El Universal, Milenio, Televisa, TV Azteca, Grupo Imagen, Excélsior, Radio Fórmula y “sus estrellados” despliegan “encuestas a modo” halagando que tras los impactos Peña y Mancera han fortalecido su imagen –jajajaja- gracias a su presencia en los sitios afectados.
¡Pamplinas!, era su obligación. Además recuerden, no es una gracia que el gobierno federal disponga millones de pesos para la reconstrucción, pues ese dinero está para eso; son recursos de los impuestos, multas, servicios, etc. que nos quita el Sistema por lo que no deben verse esas acciones como una dádiva, como una salvavidas de los reyes y virreyes del país, hacia los humildes y desamparados afectados por la fuerza de la naturaleza.
No es una decisión personal de Peña Nieto y su gabinete responder a la emergencia… para nada, para eso ustedes lo eligieron… bueno, que al menos haga algo por demostrar que está administrando mediana, razonablemente el sexenio. Es su obligación.
Ante tal escenario, ya asimilado por los más de 120 millones de mexicanos, debería retrasarse y/o anularse la actividad electoral el próximo año. Se iniciaría siempre y cuando el 100 por ciento de las escuelas públicas y privadas afectas estén funcionando. Más del 60 por ciento de las viviendas colapsadas en la Ciudad de México, Oaxaca, Chiapas, Morelos, Puebla, Veracruz, Tabasco estén en pie y operando con dignidad. Hasta que la mayoría de los hospitales colapsados estén en servicio sanitaria y dignamente. Hasta entonces los mexicanos aceptaríamos, contra nuestra voluntad, que los vividores de la política (candidatos, partidos e instituciones electorales) realicen sus campañas, que no duren más de 30 días, porque la sociedad ya conoce el modus operandi de esta caterva de oportunistas, que todo prometen y nada cumplen (te lo firmo y te lo cumplo). ¿Ya lo olvidaron?), con lo que evitaríamos el derroche de dinero limpio, que en manos de éstos prostituyen.
Los ejemplos citados involucran a los aspirantes del PRI, porque sería indigno, que mientras Meade, Nuño, Osorio o Narro anden campañeando –con dinero público, desde luego- las finanzas, escuelas, inseguridad y salud del país sigan colapsadas, mientras éstos gastando dinero para su beneficio y el de su partido.
No comprendería que la situación en Juchitán, Chiapas, CDMX, Morelos, Puebla, Veracruz, Tabasco siga en la ignominia –pues la reconstrucción se llevará años- los candidatos y sus partidos hagan campaña en lugares destrozados, sobre cascajo, o ante viviendas que alguna vez fueron amorosamente habitadas y en ese momento sólo montones de piedras, ladrillos, varillas mudos testigos de un discurso banal, mentiroso, ominoso.
En estos momentos México no está para escuchar, ver, leer o atestiguar discursos, mítines, concentraciones, foros, mensajes, palabrería de un aspirante a presidente del país, a gobernador, a diputado, senador, jefe de gobierno, no. No habría sensibilidad, credibilidad, comprensión social, porque en sus peroratas los políticos hablan de un mejor país, de devolver la calidad de vida a los gobernados. Palabras que ya no creemos, porque las evidencias son contundentes.
Por ejemplo, que podrán ofrecer los aspirantes del PRI, si son engendros de un sexenio fallido, hundido, pestilente de corrupción: Duarte, Duarte, Borge, Medina, Yarrington, Peña, Videgaray, Miranda, Robles, Vallejo, Granier, Ruiz Esparza, Córdova, Lozoya, Romero Deschamps, Salinas, Montiel, etc. Con qué cara prometerán elevar la calidad de vida a los electores, si con el presupuesto federal esos funcionarios públicos amasaron riquezas, propiedades, usufructuaron los bienes públicos (aviones, helicópteros, automóviles, dinero, casas) para su beneficio y sus familias o amantes, como el caso de Javier Duarte de Ochoa.
Esos candidatos del PAN, del PRD, de Morena, cómo podrán encarar a la multitud en un mitin, asamblea, concentración, sabiendo que para llegar ahí pisotearon estatutos de sus partidos, aplastaron la aspiración de quien mejor lo merecía y que aprovechándose de su posición de privilegio, han robado dinero o privilegios para hacerse de bienes muebles e inmuebles, como Alejandra Barrales, del PRD, Ricardo Anaya, del PAN, Andrés Manuel López Obrador, de Morena, quienes sin la mínima vergüenza deambulan entre sus correligionarios hablando de pobreza, dignidad, honestidad, cuando han sido (igual que los priistas) verdaderos saqueadores de la riqueza pública que su cargo les permite.
No. México no está ahora, ni en 2018 para promover imagen personal, para ofrecer lo que nunca cumplen, para derrochar dinero, que se necesita para otras necesidades, en publicidad, paseos por el país, para comprar conciencia y votos, para mentir, engañar, ofertar aire, promesas, indiferencia.
No tenemos humor, ni paciencia ya, para tolerar políticos corruptos, partidos vividores del erario público, instancias como el INE que sólo sangran las arcas de la nación, sabiendo que México tiene una incipiente democracia, siempre judicializada.
Ya no nos engañarán más. 2018 será la tumba del sistema partidista, presidencialista, del poder ominoso que sólo beneficia a los cuates, cotos y cuotas, que no tienen habilidades, capacidad, vocación de servicio, perfil profesional. Incluso a quienes en su vida no han leído un solo libro.
*Miembro de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión (ANPERT) y de Comunicadores por la Unidad (CxU)