Grupo Metrópoli

Extra, extra: les estamos fallando

Por : Carmen Lucía Munguía Gallegos

Niños y niñas indígenas de escasos seis años de edad cargan armas en Guerrero, conforman lo que se ha denominado el grupo de “niños comunitarios”; se están entrenando para defenderse del narco.

Pero esta historia, que ya es pública y que nos ha paralizado, no es la única que refleja la grave situación de la niñez en México. De acuerdo a datos del INEGI, en el país, desde hace diez años se registran como mínimo, cincuenta suicidios de niñas, niños y adolescentes. Ambas realidades dejarían en shock a cualquier persona, sobretodo si consideramos que las dos tienen lugar en el mismo país.

Pero eso no es todo, por si fuera poco, madres y padres de niñas y niños diagnosticados con cáncer han tenido que salir a protestar a las calles para exigir al gobierno algo que sin duda, es profundamente humano: medicamentos para sus hijas e hijos enfermos. Lo tuvieron que hacer en once ocasiones.

La protesta en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México fue de hecho, la última. Lamentablemente, hasta entonces escuchamos al Presidente decir que a los niños y niñas no les va a faltar medicamento. La promesa es positiva, por supuesto, pero en estos casos el tiempo apremia.

Es doloroso imaginar si quiera la angustia, tristeza y tremenda frustración que deben sentir las familias de estas niñas y niños.

Triste, pero a estas historias podemos todavía sumar la del niño de Torreón, en donde hemos visto ya la noticia de su funeral y el de su maestra. Todas estas noticias no son hechos aislados o amarillismo, para nada, son una muestra de ni más ni menos, que la realidad en la que vive nuestra niñez.

Me pregunto entonces y seguramente como muchos de Ustedes ¿en dónde carajos quedan sus derechos humanos? ¿qué pasa con la obligación que tiene el Estado como garante de sus derechos? Sin duda, madres y padres son garantes, es decir, responsables también de garantizar sus derechos, pero ¿qué pasa con los niños y niñas a quienes ya les asesinaron a sus familias? ¿qué pasa con las niñas y niños que se quedaron sin madre, porque fue víctima de un feminicidio más? ¿los están atendiendo? ¿se está dando estricto cumplimiento a la Ley de Víctimas? Existe una clarísima obligación del Estado mexicano con nuestras niñas y niños, por tanto, urge atender y restituir sus derechos, tomando en cuenta sus opiniones y dejando de querer tomar decisiones basada de forma exclusiva en el mundo adulto, ignorándoles como frecuentemente se hace.

Es de verdad apremiante prestar atención a la Ley General de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes de 2014 y empoderar enserio a las Procuracurías de Protección de NNA de todo el país para que puedan atender todos estos casos, puesto que son la autoridad especializada en asuntos de niñez, más no las únicas, seguramente y de forma frecuente se requerirá un trabajo coordinado con otras dependencias gubernamentales.

Y con empoderar a las Procuradurías me refiero a dotarlas de un presupuesto histórico, que demuestre que sí existe un compromiso con la niñez, por ahí se pudiera empezar.

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