*La lista de “responsables” es corta. Son del primer círculo de amigos de AMLO
Por Luis Repper Jaramillo
Réquiem por los 25 usuarios del Metro, Línea 12 (Línea Dorada de Marcelo Ebrard) quienes por necesidad de utilizar el transporte público -de retorno a sus hogares luego de su extenuante jornada laboral- perdieron la vida por la irresponsabilidad, corrupción, negligencia de las autoridades del Gobierno de la Ciudad de México, que regentea Claudia Sheinbaum y dirige la ineficiente Florencia Serranía. 25 familias que han perdido a un ser amado, por las estúpidas políticas de austeridad republicana, que dictó desde diciembre de 2018, el dictadorzuelo, coordinador nacional de México (porque no gobierna) Andrés Manuel López Obrador.
La política económica y financiera de la Transformación de 4ª (léase El Peje) de cuidar los centavos, para gastar millones de pesos en su imagen personal, comprar conciencias y votos a “primero los pobres”, para no perder la mayoría de Morena, PT, PES y Verde Ecologista en la Cámara de Diputados. Dilapidar el erario público en obras faraónicas (Tren Maya, Refinería Dos Bocas y Central Avionera Felipe Ángeles) para pasar a la historia (negra) del país, arrojó que los 25 decesos en el colapso del Metro Línea 12, es resultado de la quita de 4 mil 90 millones de pesos en 2021 del presupuesto al STC, destinado al mantenimiento, supervisión y compra de refacciones para los trenes, que originó la ausencia de revisiones y/o reparaciones de infraestructura dañada. Provocó la ruptura de la trabe y posterior caída de dos vagones, con saldo fatal.
Esto no fue accidente, tampoco sabotaje (como especularon funcionarios de la T4a), sino consecuencia de la pésima administración del Sistema de Transporte Colectivo y la omisión (delito federal en la burocracia) de la titular del gobierno capitalino, Claudia Sheinbaum, que con esto suma otra tragedia personal. Recuérdese que en el desplome del Colegio Rébsamen en septiembre de 2017, en donde fallecieron 19 niños y 7 adultos, la Sheinbaum era Jefa Delegacional en Tlalpan, y nunca atendió los reportes de sus elementos de Protección Civil, que le habían informado que en la escuela, la dueña, sin autorización ni permisos de la Delegación, había construido un tercer piso -como residencia- y que la estructura original (escuela) no resistía una carga más de esa proporción.
La delegada ignoró los avisos, no ordenó la destrucción de la obra. Fue omisa y cómplice. Pues bien, en el sismo del 19 de septiembre de 2017, el edificio principal del colegio no resistió el sobrepeso del tercer piso y se desplomó. Sheinbaum fue directamente responsable del colapso, pero los peritajes “a modo” la eximieron de su negligencia.