*Embustero
*Foro ordena, ¡destrozar México!
Por Luis Repper Jaramillo*
Durante 3 años 8 meses la Transformación de 4ª ha mentido, timado, engatusado, burlado, engañado, simulado a más de 130 millones de mexicanos, incluidos los 30 millones de chairos, pejezombies, amlovers, adoradores, aduladores, fanáticos, perdidos, ilusos, tontos que aún creen en Andrés, pese a demostrar que su labia viperina les ha lavado el cerebro y el país no sólo atascado, sino en retroceso, inflacionado, contraído. Mientras el inepto Coordinador Nacional de México (pues no gobierna, menos sabe cómo hacerlo) un día sí y otro también miente, trola, embuste, inaugurando obras estúpidas que sólo halagan su soberbia, vanidad, egolatría. Nada aportan al desarrollo y bienestar de los mexicanos.
En sus tres intentos por llegar a la Silla del Águila (2006, 2012 y 2018) su ADN ha sido mentir, ofrecer, ofertar, prometer sin cumplir, un solo compromiso tangible, físico, que permita sentir mejor calidad de vida.
Es tan torpe, que no sólo se burla de la sociedad mexicana, sino del orbe (cree que el Mundo es extensión de Morena) y que la idiosincrasia azteca se prolonga a Estados Unidos, Europa, países desarrollados (G8, G20, Davos, etc.) que cuando dice, hace o propone puede aplicarse en otra nación o entenderlo los verdaderos líderes mundiales, a quienes durante el tiempo en que informo ha rehuido, apanicado; se avergüenza de su propia imagen.
Tan es así que el concierto internacional lo considera el mandatario más tonto (por decir lo menos) que ha tenido México, por ende, el universo. No tiene presencia global, personalidad, imagen. Es harapiento, inculto, no sabe mantener un diálogo inteligente, padece legastenia.
El mundo y los mexicanos de bien, se preguntan ¿de qué podría conversar (excluido lo protocolario) Andrés Manuel López Obrador, con el Primer Ministro canadiense Justin Trudeau? joven político (52 años) de alto nivel cultural, académico, democrático, humano.
¿Cuánto tiempo lo toleraría el ottawaquense? sabedor de que su interlocutor tardó 14 años en obtener el título universitario con el mínimo aprobatorio, mientras el líder del país de la hoja de maple, cursó con excelencia la Universidad de Columbia Británica, post grado en la Universidad Mc Gill; en el Jean-de-Brébeuf Colleg. Habla fluidamente tres idiomas, francés, inglés, español. Mantiene liderazgo entre los miembros de los Grupos Económicos más influyentes: G8, G12, G20, T-MEC, Foro de Davos, G7.
En cambio, López ha rehusado asistir a las convocatorias de esos grupos, escaparate mundial para consolidar presencia, participación, acuerdos, logros para México. Sin embargo, éste lo hace personal y cree que la invitación es para él. La rehúye, cuando por diplomacia, protocolo y respeto, se corre la cortesía al Estado, no al ocupante temporal. Su paso por Palacio Nacional es efímero (6 años), la institucionalidad eterna.
Las desafortunadas intervenciones (vía virtual) de López Obrador, tres cuando más, en eventos mundiales han sido desastrosas por lo desalineado de su figura y atuendo –sucio, mal planchado, arrugas sobre las arrugas; pésimamente sentado frente al monitor. “Chorero”, discursos reciclados, viejos, sin aportación alguna, pésima dicción, pausas inmundas al hablar; dislexia; en pocas palabras un mamarracho a los ojos del mundo.
Pero me centro en el fracaso de Andrés, de su Transformación de 4ª, del pésimo sexenio, nulos resultados. La quebrada empresa familiar Morena, que regentea, quien tiene la obligación constitucional de separar funciones del partido en el poder de la administración federal. López ha extendido los objetivos, misión, visión del instituto político a las funciones legales de su (des) gobierno y viceversa: es decir, el presupuesto oficial del Gobierno está al servicio de Movimiento de Regeneración Nacional. Como valor agregado, infraestructura, personal, parque vehicular (aviones, helicópteros, automóviles, lanchas), seguridad: Defensa, Marina, GN, “ayudantía” (Estado Mayor Presidencial, Policía Militar, C4, C5, drones, Centro Nacional de Inteligencia (antes CISEN), halcones, “pajaritos” –soldados rasos habilitados como ojos, orejas y boca, en calles, eventos públicos políticos, partidistas, protestas, ONG’s, marchas, plantones, bloqueos, etc.) para “reportarlo” a las oficinas políticas de Palacio Nacional, de Bucareli, de la FGR, del CNI, de la Guardia Nacional para deshacer, apalear, intimidar, inhibir inconformidades contra el mal gobierno de López Obrador.
Por su parte Morena, surte a los eventos oficiales de Andrés Manuel, acarreados, focas aplaudidoras, chairos, escandalosos, golpeadores, marrulleros, colados, protección (civiles inexpertos), escoltas que quitan al inepto de López, gente que quiere acercarse a saludarlo, entregarle objetos, tocarlo, peticiones, reclamos, mentadas.
La misma escoria de eventos oficiales, la utiliza y triplica Morena, Mario Delgado, Citlalli Hernández, gobernadores, diputados, senadores, alcaldes, gabinete, “corcholatas”, de Morena para llenar urnas en procesos electorales, consultas, convocatorias, etc. en reciprocidad a los depósitos multimillonarios que hace Andrés Manuel a cuentas secretas del partido para la “causa”, como dijera cuando fue pescado in fraganti Pío López Obrador, recibiendo sobornos, “aportaciones”, dinero sucio, a favor del hermano.
Es tan fallido y vulgar el accionar del inepto inquilino de Palacio Nacional, que al decir “aportaciones” para la causa, no hablo de miles, sino de millones y millones de pesos, que se roba del erario en lugar de invertir en prioridades como salud, empleo, educación, seguridad, erradicación de la pobreza, marginación, epidemias, verdaderas obras sociales como drenaje, pavimentación, presas, hospitales, escuelas, universidades, tecnológicos, capacitación a personal médico, para evitar contratar médicos extranjeros, que no son otra cosa que mercenarios y adoctrinadores comunistas.
Sí, millones y millones de pesos en favor de su sueño de imponer la dictadura en México, tal cual se lo mandata el Foro de Sao Paulo, que entre los objetivos está mantener pobreza, marginación, abandono; desaparecer la clase media, pues como dicen los dictadores, “mientras más miserables existan, más votos obtenemos. Creamos hambruna, para entregar comida, dádivas, despensas, becas, pensiones miserables, que con el tiempo y en procesos electorales se convierten en votos a favor de la “causa”: el comunismo, la dictadura, como bien se ha hecho en Cuba, Venezuela, Nicaragua, Brasil, Argentina, Bolivia, Uruguay… y en esas anda Andrés Manuel López Obrador” … pero llegó al límite de la tolerancia, hartazgo y paciencia popular. Estamos a un tris de exigir, obligarlo a solicitar licencia al cargo o de plano, alguien “inteligente” de la T4a, disponga “enfermarlo” para quitárselo de encima.
Embustero es otro calificativo que merece el mesías de los chairos. Para reconfirmar mi dicho le mencionaré sólo 5 ejemplos de sus compromisos de campaña en 2018 que no ha cumplido, ni cumplirá, porque esas promesas fueron “cachavotos”, no palabra empeñada, “para llegar al poder”. Farsante:
1.- Enrique Peña Nieto no está en la cárcel, pese a que se comprometió “de ganar la presidencia mi primer acto será meter a la cárcel a Peña, por corrupción”. Sigue impune.
2.- México crecerá al ritmo de 2, 4, hasta 6 por ciento anual, para llegar a 2024 con PIB triunfante. No crecemos, nos estancamos, retrocedemos año con año.
3.- “Cuando llegue al gobierno no habrá gasolinazos, Bajaré el precio de las gasolinas a 10 pesos todo el sexenio” … Bueno, lleva 3 años 7 meses dando vergüenza en PN y pagamos a 23 pesos el litro.
4.- “En 6 meses, regresarán a los cuartes los soldados, pues su función no es la guerra contra el narcotráfico”. A 3 años y medio de esta mentira no sólo soldados, marinos, guardias nacionales siguen operando en la calle, sino los convirtió en el 4º Poder del Estado. Esta élite (los mandos superiores, desde luego) son sus asesores en todo (ojo, orden del Foro de Sao Paulo), la tropa, el brazo armado, no del Estado, sino de Andrés Manuel López Obrador, para cuando la sociedad nos revelemos ante la dictadura que pretende imponer.
5.- “Cero corrupción”, fue su lema de campaña en 2018. Más de 30 millones de chairos le creyeron, pese que a lo largo de sus recorridos sus hermanos Pío, Arturo, parentela infeliz, Felipa, sus hijos José Ramón, Gonzalo Alfonso, Andrés Manuel; su nuera Carolyn. Marcelo, Claudia, Mario, Napito, Bartlett, Jesús, Elpigmeo Ibarra, etc. “operan” recaudando dinero sucio “para la causa”.
Pese a comprobarse las tranzas, nada pasa. Andrés no erradicó la corrupción, sino la fomentó, atizó, promovió. Ya en funciones como Coordinador General de México (porque no gobierna, menos sabe cómo hacerlo) demuestra que sus obras faraónicas Tren Maya, Central Avionera Felipe Ángeles y Refinería Dos Bocas, son producto de la corrupción, pues destrozó instituciones, fondos, fideicomisos; desapareció plazas laborales públicas, quitó guarderías, presupuesto para atención médica, tratamientos, quimios, medicación oncológica pediátrica a niños con cáncer. Mandó a la calle a millón y medio de burócratas bajo el peregrino argumento de austeridad republicana, que simplemente es “el marranito” para los procesos electorales de 2023 (quiere ganar la joya de la corona, la gubernatura del Estado de México) y desde luego la madre de todas las alecciones: la presidencial del 24.
Este es el verdadero López Obrador, el que buscó durante 18 años la Silla del Águila, no para “rescatar al país” de los neoliberales, sino para cobrar venganza y aplicar a pie juntillas la orden del Foro de Sao Paulo: imponer la dictadura en México.
Jamás buscó gobernar nuestro esplendido y maravillo país. Dar a 130 millones mejor calidad de vida. No. Nunca, su orden es destrozar México, pero cuidar a su parentela.
*Colaborador de los Grupos Editoriales Digitales elinfluyente.mx, endirecto.mx, lagacetametropolitana.com.mx, algrano.mx, entresemana.mx, metropolihoy.com