Por: Carmen Lucía Munguía Gallegos
¿Cuántos gobernantes en el país han mencionado si quiera y con la debida relevancia que se merece, qué es lo que piensan las niñas, niños y adolescentes, (NNA) respecto a retomar sus clases de manera presencial? ¿Cuántos se han preocupado por tomarles en cuenta como sujetos de derecho? ¿Qué han hecho las Procuradurías de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes de cada entidad del país para buscar la manera de garantizar los derechos de la niñez en medio de esta pandemia? ¿Cuál ha sido el gran mérito del Sistema de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes, SIPINNA, en esta inédita crisis sanitaria? Porque una de las principales atribuciones del SIPINNA es precisamente generar una nueva manera de realizar políticas públicas desde el más alto nivel gubernamental, en donde todas las NNA puedan exigir y ejercer sus derechos humanos, ya no como objetos de protección sino como responsables de decidir y opinar lo que consideran mejor para ellas y ellos. Debemos recordar que la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, LGDNNA, de 2015, es el fundamento jurídico, de donde surge justamente el SIPINNA, que en estos tiempos del Covid – 19, ha promovido diálogos con adolescentes para escucharles, para tener conocimiento de qué es lo que están viviendo durante esta crisis sanitaria.
Sin embargo, la pregunta debiera ser ¿Qué están haciendo para impulsar y/o fortalecer la política pública y atender la violencia que las propias NNA han dicho, viven en sus hogares, en las redes sociales, además de la violencia sexual que sufren a raíz de la convivencia con sus propios agresores? Necesitamos insistir en que no basta con escucharles, no podemos quedarnos estacionados en enfoques simbólicos, porque, conocer a fondo, con detalles, la gravísima situación en la que se encuentran las NNA y no actuar en consecuencia, es absolutamente irresponsable.
La situación que enfrenta un tercio de la población de México es grave, por lo que conformarmos con que el SIPINNA organice encuentros “para escucharles” y no ir más allá, no conseguir resultados significativos que constituyan loables esfuerzos para garantizar sus derechos, es una omisión terrible, especialmente cuando es de carácter público que nuestro país no es un santuario en donde NNA gocen de máxima protección, sino todo lo contrario; por macabro que nos parezca, y aunque este tipo de noticias nos provoque escalofrios, es necesario estar conscientes de que México genera el 60 por ciento de la producción global de pornografía infantil. En México operan estas redes criminales, y ¿Quién las está persiguiendo? ¿Qué sabemos de eso? Pero no sólo es la pornografía, o los tiros de gracia que reciben NNA en el país una y otra vez, o las NNA reclutados por el crimen organizado para cruzar personas a Estados Unidos o para ser sicarios; de forma reciente se publicó la investigación de Alejandra Crail: “Matar a un hijo”, en donde se destaca algo que ya sabemos: la niñez es un grupo olvidado por la política. En el trabajo periodístico publicado por EmeEquis, se revela que cada dos días, una niña o niño es asesinado por sus propios padres. Es decir, los principales garantes de sus derechos son quienes los matan.
Otra interrogante que debiéramos plantearnos también respecto a por qué no se garantizan los derechos de la infancia es: ¿Quién está luchando para que se destine un presupuesto justo para atender estos gravísimos problemas, delitos en contra de NNA? ¿Quién va a darle sentido a tantas instituciones pobres de recursos y por tanto, ineficaces e ineficientes? ¿Cuándo por fin vamos a tener Procuradurías de Protección de NNA robustas, poderosas que puedan ser capaces de proteger a nuestra niñez? Porque los delitos, los abusos que sufren NNA son monstruosos y pareciera que temas como cuándo se retoman las clases presenciales fuera el gran problema que enfrenta la niñez, cuando ese sólo es un tema más, que pareciera quizás el más importante ¿Por qué? quizás porque es el que se relaciona en mayor medida con los intereses del mundo adulto.
Pero enserio, ¿Hasta cuándo quienes toman las decisiones en este país van a seguir siendo omisos e irresponsables con la niñez? ¿Hasta cuándo van a seguir destinando presupuestos insuficientes? Para darnos una idea del presupuesto necesario para la atención de la niñez, Alejandra Crail en su reportaje lo deja claro, tan solo el Aeropuerto de Santa Lucía costará 41 veces más el presupuesto mínimo para apoyar a la infancia que recomienda el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, UNICEF. ¿Cuánto tiempo falta para que la clase política gobernante se decida a defender enserio y con la prioridad a la que tienen derecho, a NNA de las garras de redes de abusadores? ¿Qué más tiene que pasar para que el estado mexicano empiece a fomentar la crianza positiva y se deje romantizar el educar a base de golpes a las hijas e hijos en este país? Hemos permitido y seguimos permitiendo infinidad de abusos hacia la niñez y en consecuencia, el escenario ahora es por ende, mucho más cruento. El reto para la clase política es enorme, pero mientras no se destine el presupuesto necesario a las Procuradurías y SIPINNAS del país; en tanto no se consideren y tomen en cuenta las opiniones de NNA y el enfoque sea el mismo, el de la minoridad, situacion irregular y simbólico, los abusos contra NNA continuarán y serán seguramente aún más siniestros.