Por: Ricardo Gaviño Cárdenas
El plan de contingencia para el COVID-19, o cornavirus, sigue estando latente en todo el mundo. Los gobiernos de prácticamente todo el planeta han instaurado sus respectivas estrategias para contener la propagación del virus, y así, el aumento de los contagios.
El mensaje de alerta nos ha obligado a prácticamente detener nuestras vidas y guardar las medidas pertinentes para colaborar en esta misión colectiva que es, salvarnos todos.
Pero también es importante destacar que esta contingencia ha traído grandes beneficios para el planeta. Desde el comienzo de las medidas de cuarentena y restricciones a las actividades industriales, laborales, sociales y deportivas, las emisiones de gases contaminantes han disminuido sustancialmente.
Según imágenes satelitales por la NASA y la Agencia Espacial Europea, muestran el “respiro” que está tomando la tierra. Aunque este respiro, es solamente temporal, debido a que seguimos en emergencia climática.
Se ha publicado un estudio de parte del Centro de Investigación de Energía y Aire Limpio, en el que algunas partes de China ha disminuido al menos el 25% de sus emisiones de CO2. Incluso hay regiones que han llegado hasta el 40%.
El científico y profesor de la Universidad de Stanford, Marshall Burke, utilizó los datos de las emisiones de China para analizar el efecto que éste podría tener con la población, arrojando resultados sumamente relevantes.
Burke calcula que gracias a la disminución de gases contaminantes, se salvaron alrededor de 1,400 menores de 5 años y más de 51,000 adultos mayores de 70. Incluso, asegura que las vidas salvadas debido a la reducción de la contaminación podrían ser 20 veces al número de vidas que se han perdido directamente por el coronavirus.
Es claro que el cambio climático no se combate por las medidas del coronavirus, pero puede ser un comienzo. Ya que se estima que este virus tenga un impacto temporal, mientras que los efectos del cambio climático son constantes y catastróficos. Peor que cualquier pandemia.
Esta emergencia nos debe de servir de lección. La reflexión es de cada uno, pero el compromiso es de todos.