Derecho a ser diferentes
Arnoldo Huerta Rincón
“… y quiero que me perdonen, por este día, los muertos de mi felicidad” Silvio Rodríguez
Creo que en alguna otra ocasión, en este espacio, ya había hablado de la clase que me dictó el Dr. Javier Pérez Royo, constitucionalista sevillano, cuando estudié en aquella ciudad andaluz, cuando hablaba del derecho humano a la igualdad. En un artículo de él, sumamente interesante, explicaba de una manera lógica, argumentada y bien fundada que, en muchas ocasiones, tendemos a confundir la igualdad como algo sumamente radical y literal, cuando este derecho fundamental realmente significa el derecho a ser diferentes, es decir, respetar la etnia de las personas, el color de piel, la religión, sus preferencias sexuales y, para el caso que nos atañe en esta columna, la libertad de creer u opinar lo que les plazca.
Y sale a brote este tema, porque actualmente, mientras más cercana se encuentra la elección presidencial, así como en muchos estados sus elecciones locales, la temperatura ciudadana ha venido en aumento. ¿A qué me refiero? A que conforme pasan los días hacia el 1° de julio, acrecienta la calentura temperamental entre los diferentes partidos políticos; pero el problema no radica ahí, ese ardor y ferocidad se ve reflejado en cada simpatizante de las diferentes opciones políticas, al grado de caer en insultos, diferencias irreconciliables y, en ocasiones, hasta actos de violencia directa, donde se daña la integridad física del ser humano o sus propiedades.
No debemos olvidar que primero que todo, somos mexicanos y si observamos la historia, aún y cuando han existido diversas guerras civiles internas, somos un pueblo que hemos peleado unidos para quitarnos el yugo extranjero, no hablo solo de la independencia nacional, sino los diversos acontecimientos posteriores donde naciones extranjeras intervinieron en nuestro territorio para, sin derecho alguno, quitárnoslo, adueñarse de él y de sus riquezas.
Debemos tomarnos con calma las cosas, en los primeros niveles se manejan las cosas de manera diferente, en la cúpula del país nunca se pierde, se transforma, como la materia, y siguen sobreviviendo; con el ciudadano común o el “politiquillo”, no pasa así.
Estoy seguro que nadie desea que a México le vaya mal, todo lo contrario, a todos nos encantaría que a nuestro país le fuera mejor, pero gane quien gane, ¿cómo podría estar mejor nuestra tierra si después del primero de julio toda la ciudadanía termina fragmentada y difícilmente unida? Tenemos que respetar el derecho a ser diferentes, el derecho fundamental a ser libres y pensar diferente, cualquiera que sea el camino que elija el ciudadano; es importantísimo en estos momentos honrar y valorar a las personas que dieron su vida por nuestras libertades, a los muertos de nuestra felicidad, porque aún estamos a tiempo de ello, tal vez al paso de los días, esto sea irreparable. No olvidemos aquella gran frase de Don Benito Juárez: “el respeto al derecho ajeno es la paz”.
FUERA DE LUGAR… La renuncia de Margarita Zavala a su candidatura presidencial decepciona, principalmente a sus seguidores, pero también a México en general. Es un golpe a la democracia mexicana y, sobre todo, al mecanismo de acceso a la política conocido como la candidatura independiente, ¿para qué tanto show entonces?
RECOMENDACIÓN SEMANAL: La serie “El Chapo” de Netflix, realiza una gráfica de cómo se mueven la cosas en nuestro país, es muy interesante; siendo ficción, podría resultar creíble para muchos.
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