Mario Flores Pedraza
Nombre de la columna: “Antítesis”
Corrupción. Del discurso a la acción
Una de las principales banderas de nuestro actual gobierno federal es la lucha contra la corrupción. Cada mañana en las mañaneras se habla de los excesos y la gran corrupción de los pasados gobiernos. Y no puede ser de otra forma, México es un país con grandes desigualdades, donde pocos tienen mucho y muchos tienen poco. El poder en México ha servido para que exista esta desigualdad tan grande. Si algo hay que reconocerle al actual gobierno es que puso en el centro de la conversación pública el tema de la corrupción sin embargo creo que las acciones y resultados para atender este fenómeno siguen siendo insuficientes.
Según el IMCO el 41% del monto gastado en compras públicas por el gobierno federal se hizo a través de adjudicaciones directas. 83% del monto gastado en compras por Liconsa se asignó mediante procedimientos de excepción (adjudicaciones directas e invitaciones restringidas). Las compras públicas del Banco del Bienestar también se caracterizaron por procedimientos sin competencia: 89% del monto contratado se adjudicó directamente.
98% de las compras realizadas por el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) no están disponibles en el Estándar de Datos para las Contrataciones Abiertas (EDCA), lo que impide contar con datos sobre el número y nombre de los proveedores participantes. Además, 53% de las compras no cuentan con un enlace funcional a la documentación.
Las instituciones federales adjudicaron 9 mil 797 millones de pesos a empresas de reciente creación, 35 millones a proveedores sancionados por la Secretaría de la Función Pública, y un millón 800 mil pesos a empresas fantasma.
Hay poca transparencia en las compras de algunas instituciones de salud. En 2021 el Instituto Nacional de Cancerología (INCAN) no publicó la documentación completa de las 64 licitaciones públicas que realizó. Además, entre 2020 y 2021 aumentó el porcentaje de contratos del IMSS sin publicación en el EDCA, de 35% a 61%.
Si bien es loable que se ponga en el centro de la conversación el tema de la corrupción en México, hace falta que pase de los dichos a los hechos. El actual presidente de la república cuenta con la simpatía de millones de mexicanos y considero que puede apretar un poco más para modificar estas cifras que hacen que la corrupción cambie de ser un tema de opinión pública a un tema de justicia pública. Sin importar que partido esté en el poder.
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