
¿Cómo puedo acompañarte?
Hace unos días falleció un querido amigo.
Unos días después platiqué con su novia, y sencillamente le pregunté: ¿cómo puedo acompañarte en todo esto?
A mí se me ocurren un millón de formas de acompañarla, y estoy segura que a ti también, pero puede ser que ninguna sea la que ella necesita.
Entre Anylú y yo, quienes estamos detrás de este proyecto, existe esa costumbre de preguntarnos “¿cómo puedo acompañarte?”. Primero, porque acompañar es distinto a ayudar. Al prometerte acompañarte no te aseguro que mejoraré la situación, porque quizá estoy tan cansada, triste, angustiada, asustada o sin idea de qué hacer como tú; entonces, te prometo ESTAR CONTIGO en esto, para que no estés cansada, triste, angustiada, asustada o confundida sola. Por otro lado, te pregunto “cómo” para que tú misma decidas qué necesitas de mí, incluso si no me necesitas y prefieres estar sola.
Nuestro artículo de hoy es así de chiquito porque así de sencilla es nuestra invitación: preguntemos cómo podemos acompañar, y caminar así, de ladito, siendo amables con nosotras en estos procesos.
Nos leemos pronto.
Liz