Claroscuro Tricolor
Si, hoy México jugó su peor partido del mundial.
Sí, México acaba calificando a octavos por la impensada victoria coreana ante Alemania.
Y sí, México deja escapar la oportunidad de acabar primero de grupo y estar en la llave menos complicada.
Podríamos quedarnos únicamente con esa lectura el día de hoy y pensar lo peor para la siguiente ronda, pero a continuación les comento mis motivos por lo que creo se perdió tan contundentemente hoy, y mis razones para creer plenamente en que se puede llegar al ansiado quinto partido y vencer al Brasil de Neymar y Coutinho.
Primero que nada, reconocimiento absoluto al entrenador de la selección sueca que sorprende con su planteamiento a todo el mundo, incluyendo a Osorio, demostrando pleno estudio de México, jugando con presión alta en la salida, que deriva en robos para el primer gol sueco y el penal. Otro acierto fue cortar la circulación y conexión de Herrera y Vela con Lozano y Chicharito, que salvo una jugada, no pudieron hacer mucho más de peligro real.
Aunado a todos estos aciertos suecos, se suma el planteamiento erróneo de Osorio, quien con su postura ofensiva como contra Corea, dejó muchos espacios a las espaldas de los defensas, especialmente de Edson Álvarez, donde fue una avenida para los suecos, todo esto pensando en que los suecos saldrían a aguantar atrás y atacar de a poco como sus anteriores juegos, algo que nunca sucedió hoy. Además de lo colectivo, a nivel individual vimos actuaciones de los elementos mexicanos muy por debajo de lo mostrado anteriormente, receta perfecta para el desastre hoy y un baño de humildad tremendo.
Se califica gracias a los dos excelentes victorias en partidos tanto táctica, colectiva e individualmente excelsos realizados por nuestra selección, y a eso es a lo que hay que apelar para el siguiente partido de Octavos de Final contra Brasil, quienes sí, tienen un plantel impresionante, pero al cual México le puede competir muy fuerte, al punto de ser un partido totalmente para cualquiera.
El primer punto a favor de México, es que a diferencia de hoy, no tendrá la responsabilidad del ataque, este equipo, como lo vimos con Alemania, se siente cómodo en aguantar los ataques y salir en latigazos ofensivos. La velocidad de Lozano, los movimientos de Chicharito, y la visión de Vela, Guardado y Herrera se explotan a su máxima expresión y son más letales bajo este tipo de escenarios, y donde la defensa de Brasil es más endeble.
Otro punto importante, el juego físico, algo que le pesa enormidades a México, el jugar contra rivales de mayor corpulencia, se vio en el amistoso ante Dinamarca, y hoy lo volvimos durante los 90 minutos donde en ningún momento el jugador mexicano estuvo cómodo ni pudo ganar jugadas divididas en el cuerpo a cuerpo. Afortunadamente esto es algo con lo que no nos toparemos ante la selección brasileña, donde sus cualidades es más el desequilibrio de sus jugadores.
Brasil será el favorito, no hay duda, pero si en algún papel hemos visto crecer a México es en el de no favorito, y precisamente algunas de las mayores hazañas tricolores se han hecho ganándole a Brasil, como lo fueron la Copa Confederaciones del 99, el Mundial Sub17 de 2005, y la final olímpica de Londres 2012, escenarios donde estuvieron algunos de los jugadores de ambos equipos que se enfrentaran el lunes a las 9am en Samara.
Como bien dice Chicharito, IMAGINEMOS COSAS CHINGONAS, y confiemos en estos jugadores y cuerpo técnico, que ya nos han demostrado este mundial que se puede estar para grandes cosas y que ganarle a Brasil es posible.
