El 27 de febrero se conmemora el Día de la Inclusión Laboral, un asunto pendiente hacia las personas con discapacidad que buscan incursionar en el mercado de trabajo.
Bajo la afirmación de que todos merecemos las mismas oportunidades, el Centro de Innovación y de Recursos para la Inclusión (CIRI) de la Universidad Autónoma de Nuevo León, trabaja con organizaciones sobre la importancia de incluir a personas con discapacidad en la vida laboral.
“Discriminamos simplemente por la vista, nos dejamos llevar por la parte física y no logramos detectar su potencial de forma directa, de preguntarle qué es lo que sabe hacer de acuerdo a su condición, qué es lo que si puede aportar en una empresa”, explicó Víctor Becerra Salas, coordinador de Inclusión Laboral del CIRI.
Los prejuicios, las falsas ideas y los innumerables mitos, genera que personas con algún tipo de discapacidad sean excluidas de una ambiente laboral abierto y diverso, señaló el especialista de la UANL, en el marco del Día de la Inclusión Laboral.
“Cuando les mencionamos que tenemos discapacidad, nos relacionan con discapacidad motriz, con una silla de ruedas y nos dicen ‘mis instalaciones no están acondicionadas para que te traslades’. No se dan cuenta de que hay muchos tipos de discapacidad.
“En mi primera entrevista me dijeron que no podía contratar personas con discapacidad porque después iba a ser contagioso; creían que la discapacidad era una enfermedad y se podía pegar”, explicó Becerra Salas.
De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en México hay 7 millones 200 mil personas con discapacidad. En Nuevo León, la cifra es de 290 mil personas con una o más limitaciones motoras, intelectuales o sensoriales.
Pero ¿sabías que 83 de cada 100 personas con discapacidad en el país, adquirieron dicha condición a causa de un accidente, por enfermedad o por edad avanzada?
“No es nada desconocido que cualquiera de nosotros, si sufrimos un accidente, podemos adquirir esa discapacidad, momentánea o permanente”, señaló Víctor Becerra.
Al 2014, la población con discapacidad de 15 años y más, muestra una tasa de participación económica del 39.1 por ciento, es decir, 25.6 puntos porcentuales por debajo de la población sin discapacidad.
Con su trabajo a favor de la inclusión, Víctor Becerra ha colocado a más de 190 personas con discapacidad en alguna empresa.
Señaló que la clave está en hacer un cambio desde las políticas de la empresa, para que los lineamientos y conductas de inclusión se repliquen entre todo el personal.
“Las empresas van aprendiendo un poco sobre la inclusión, porque va a llegar un momento dado en que los mismos empleados adquieran una discapacidad y requieren de esa accesibilidad universal.
“Una vez que facilites a tu empleado con las herramientas adecuadas para ejercer las necesidades de la empresa, vas a lograr que el colaborador pueda adquirir los conocimientos de manera incluyente”, puntualizó el integrante del CIRI.
PYMES, más incluyentes
El coordinador de inclusión laboral del CIRI, Víctor Becerra aseguró que de las 22 mil empresas que hay en Nuevo León, en 2016 logró contactar a 300 organizaciones para insertar a personas con discapacidad en la vida laboral.
Señaló que de las 300, recibió respuesta de 20 empresas, de las cuales sólo cinco accedieron a emplear a personas con discapacidad.
“De las empresas que dijeron sí, todas eran Pymes. Se mostraron interesados, conviven, se integran y se incluyen con las mismas personas con discapacidad”, aseguró Becerra Salas.
En el Estado, de las 22 mil instituciones públicas y privadas, sólo 50 cuentan con el distintivo empresa incluyente.