- 50 mil campesinos de UNTA, CIOAC y CODUC se movilizarán el próximo 31 de enero.
- Oportunidad histórica para cambiar el modelo de desarrollo rural.
Ciudad de México.- Las organizaciones campesinas, integrantes del Frente Auténtico del Campo (FAC), pedirán al Gobierno Federal anteponer los intereses de los productores nacionales en la revisión del capítulo agropecuario del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, (TLCAN) e impulsar una política de sustitución de importaciones de granos y productos pecuarios, que lleven a recuperar la soberanía alimentaria del país.
La dependencia alimentaria de México se ha incrementado sustancialmente en los 23 años de operación del TLCAN, al tiempo que 20 millones de mexicanos presentan carencias nutricionales, afirmaron los dirigentes de la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA), Álvaro López Ríos; de la Coalición de Organizaciones Democráticas Urbanas y Campesinas (CODUC), Marco Antonio Ortiz y de la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos, (CIOAC), Federico Ovalle, quienes coincidieron en que la renegociación del Tratado es la oportunidad histórica de cambiar el modelo de desarrollo en el campo para mejorar su rentabilidad y el ingreso de los pequeños productores así como incentivar la producción de alimentos
Con esa demanda, 50 mil campesinos del FAC marcharán el próximo 31 de enero en la ciudad de México donde harán diversos pronunciamientos, entre los que destaca la reorientación de las políticas públicas hacia el campo, ya que México no debe depender del extranjero para alimentar a su población. “Aquí podemos producir, generar empleo y autosuficiencia alimentaria” aseguró Álvaro López, dirigente de la UNTA.
“La FAO establece que, de forma idónea, las naciones deben producir 75% de los productos que consumen, mientras que México tan sólo alcanza cerca de 54% de este rubro” indicó Marco Antonio Ortiz de la CODUC.
A su vez, Federico Ovalle, de la CIOAC, señaló que la mediocre economía del sector rural ha provocado un rápido desplazamiento de la producción nacional por productos y servicios importados, una violenta ruptura de las cadenas productivas del sector agroalimentario, una disminución del ingreso y la capacidad de compra de la población, así como la destrucción del sistema financiero rural que dejó de ser motor de desarrollo y pasó a ser lastre especulativo.
En ese sentido, el FAC propondrá convertir el crédito rural en una banca de desarrollo, unificando los Fideicomisos Instituidos en relación con la Agricultura (FIRA), Financiera Rural, Fideicomiso de Riesgo Compartido (FIRCO) y Fondo de Capitalización e Inversión del Sector Rural (FOCIR) y establecer la tasa cero en el financiamiento para la producción de alimentos.