Ciudad de México.- Las organizaciones que firman la presente llaman a las autoridades correspondientes a investigar las agresiones contra el periodista y escritor J. Jesús Esquivel y corresponsal de Proceso y colaborador de Aristegui Noticias, así como tomar otras acciones preventivas que garanticen la no repetición.
Actos intimidatorios y censura en Twitter
El sábado 25 de marzo, el periodista y escritor J. Jesús Esquivel almorzaba con unos amigos en un restaurante de la Ciudad de México, cuando Azucena Pimentel, actual directora de “Aprende” de la Secretaría de Educación Pública, acompañada de un hombre, quien dijo ser su esposo se acercó y le dijo: “Yo soy Azucena Pimentel y eres un acosador”, palabra que repitió varias veces. Preocupa que en un país donde muchas mujeres son efectivamente acosadas, una funcionaria utilice está palabra de manera malintencionada para desacreditar la labor informativa de un periodista, con más de 20 años de trayectoria.
Cabe recordar que Azucena Pimentel es conocida por su participación en el presunto montaje del caso Florence Cassez cuando era productora de un programa de noticias, y quien posteriormente fue contratada como parte del equipo de Comunicación Social de la Presidencia de la República. Cuando esto salió a luz, en marzo de 2021, durante una conferencia matutina se le preguntó al presidente Andrés Manuel López Obrador sobre las razones por la cuáles Pimentel fue contratada luego de los hechos que involucran a Genaro García Luna, a lo que el Ejecutivo Federal dijo: “Mañana Jesús dará respuesta”.
Desde entonces, Esquivel solicitaba a Ramírez Cuevas, vía su cuenta en Twitter, la información que el presidente prometió. Pasaron meses, y en diciembre pasado, Twitter Estados Unidos suspendió la cuenta del periodista. Cuando Jesús interpone una revisión ante la plataforma, ésta le contesta que las cuentas de dos funcionarios públicos: @JesusRCuevas y @Pimentela_, es decir de Jesús Ramírez Cuevas, vocero de la presidencia, y Azucena Pimental, funcionaria de la SEP, habían solicitado la suspensión.
Como respuesta, el periodista entregó todas las pruebas de que se trata de un intento de censura. Twitter devuelve la cuenta a Esquivel, pues no incurrió en ninguna violación a las normas comunitarias, sin embargo, indicó que no volviera a mencionar/arrobar ninguna de las cuentas de los funcionarios de referencia, pues de lo contrario, suspenderían la cuenta de forma definitiva.
Lo anterior constituye violaciones al derecho a la información y libertad de expresión de Esquivel. Incluso contraviene el Amparo 1005/2018, en el cual la Suprema Corte de Justicia de la Nación, resolvió que: “Los comentarios o expresiones, críticas severas, provocativas o chocantes que puedan llegar a ser indecentes, escandalosas, perturbadores, inquietantes o causar algún tipo de molestia, disgusto u ofensa, de ninguna manera deben ser considerados comportamientos abusivos por parte de los usuarios de la red.” Adicionalmente, la SCJN dijo que debe reconocerse a Twitter como una plataforma a través de la cual “se fomenta los valores democráticos, por ejemplo, en la difusión de contenidos de interés para la sociedad –entre los que se encuentra la información gubernamental–, al igual que el debate de los asuntos de interés público.” Por lo que la solicitud de Ramírez Cuevas y Pimentel transgrede el debate público y restringe el flujo de información.
Libro Apócrifo
Adicionalmente, esta semana, es decir, pocos días después de los hechos arriba descritos, comenzó a circular en redes sociales y mensajerías instantáneas una versión apócrifa del libro de Esquivel: “A sus órdenes, mi general. El caso Cienfuegos y la sumisión de AMLO ante el poder militar», el cual “aborda la detención del general Salvador Cienfuegos, extitular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), por parte de autoridades de Estados Unidos. Un caso que involucró a la DEA y llegó hasta el mismo presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador [1]”.
Si bien no podemos comprobar un nexo causal entre todos los hechos aquí descritos, preocupa que estos sucedan con días de diferencia. Además, la clonación y cambios en el contenido del libro de J. Jesús Esquivel tienen graves impactos en su credibilidad y labor informativa y periodística.
Las agresiones contra J. Jesús Esquivel ocurren en un contexto donde se agrede a la prensa cada 13 horas por ejercer su labor, y donde más del 42% de los ataques son cometidos por personas servidoras públicas.
Por lo anterior, las organizaciones exigimos:
- A los funcionarios Jesús Ramírez Cuevas y Azucena Pimentel cesar la censura e intimidación contra J. Jesús Esquivel y apegarse a las obligaciones que tienen de tolerar la crítica y por el contrario garantizar el libre flujo de información.
- A la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra de la Libertad de Expresión (FEADLE), investigar sobre la clonación del libro, pues constituye graves violaciones al derecho a la libertad de expresión de Esquivel.
Por otra parte, encomiamos a la ciudadanía a no dejarse engañar por el libro apócrifo y recordamos que el único libro fidedigno es el editado por Grijalbo.