por: Carmen Lucía Munguía Gallegos
Los tiroteos escolares en Estados Unidos son una realidad. De acuerdo con CNN, este país tiene 57 veces más tiroteos en escuelas que el resto de los países más industrializados juntos. Recuerdo a Barack Obama consternado, preguntando en 2012 “¿Podemos asegurar con honestidad que hacemos lo suficiente para proteger a nuestros niños?” Y Respondiéndose así mismo que no, que no se hacía lo suficiente.
El asunto que debemos considerar, es que esos tiroteos no se presentan de forma exclusiva en las naciones más desarrolladas, en México también son una realidad. Apenas en enero de este año el país se conmocionó por el tiroteo en una escuela de Torreón, Coahuila, en dónde un niño de apenas doce años disparó contra sus compañeros, compañeras y docentes. Sin duda nos podemos sentir identificados con la consternación de Obama. Se trata de actos que estremecen, y que es verdad, la mayoría no logramos entender.
Pero ayer, justo estaba en los últimos capítulos de un libro llamado “Primero los niños” escrito por un reconocido cirujano pediatra de Estados Unidos, el doctor Kurt Newman, Presidente y CEO del Children’s National en Washington, uno de los mejores hospitales pediátricos de Estados Unidos; y me topé con que uno de los tiroteos escolares ocurrido en ese país, precisamente el que tuvo lugar en Sandy Hook, Connecticut, lo motivó a escribir una columna de opinión en el periódico Washington Post, en donde destacó la importancia y urgencia de atender la salud mental de niñas y niños. De acuerdo al Dr. Kurt Newman, la matanza puso de relieve el hecho de que niñas, niños y sus familias no están recibiendo la atención necesaria con suficiente antelación para prevenir la tragedia. Por lo que en su escrito, pidió que se destinaran más fondos para la inversión en investigación en salud mental. El tema de la salud mental en la niñez debe ser un asunto prioritario para las autoridades. Pareciera que estamos acostumbrándonos a ser reactivos y a lidiar con realidades cada vez peores, catastróficas, en lugar de prevenir, de actuar a tiempo.
La pandemia a causa del Covid19, nos ha sacudido, ciertamente no solamente dejó ver el lado más cruel de la desigualdad característica de México y la región, América Latina y el Caribe, si no que también nos abrió los ojos respecto al tipo de problemas, de retos de estos tiempos.
Las capacidades estatales precisan fortalecerse porque la complejidad de los problemas públicos no se detiene, pero no es sostenible ni será atinado avanzar dejando de lado, dejando atrás, a grupos históricamente discriminados, que han vivido en condición de desventaja como las niñas, niños y adolescentes que han sido tomados cuenta como sujetos de caridad y no de derechos.
Ellos y ellas tienen derecho a que se asegure de manera prioritaria, incluso antes que a las personas adultas, el ejercicio y goce pleno de todos derechos, y entre ellos está la salud, la salud mental.
La autora es especialista en Derechos Humanos y Democracia, Niñez y Política Pública. Es egresada de la FLACSO México. Tiene estudios en la Universidad Iberoamericana, en la Universidad de Chile y en la Universidad FASTA, Argentina. Cuenta con amplia experiencia en migración infantil, ha sido docente de Derechos Humanos en el ámbito de la Seguridad Pública. Actualmente se encuentra becada por ONU Mujeres para estudiar la gestión social y política en tiempos de crisis. Correo electrónico: [email protected] Redes sociales: FB Carmen Lucía Munguía
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