Por: Nazario Assad
Este pasado domingo se concretó el descenso del Leganés a la segunda división de España, el cuadro dirigido por Javier Aguirre luchó inquebrantablemente hasta el minuto 96 del partido en el que empataron ante el Real Madrid 2-2, quedándose a un gol de la salvación.
Dejando a un lado lo deportivo, donde al final al tratarse del rendimiento de una temporada completa es totalmente justo que el Leganés haya perdido la categoría, lo que venimos a resaltar el día de hoy es el notorio manejo del Vasco Aguirre para con sus dirigidos, algo distintivo durante toda su carrera como entrenador, cuando, a pesar de tomarlos en una situación prácticamente imposible, donde los obstáculos solo fueron en aumento para ellos durante la temporada, logró obtener grandes resultados, y casi lograr una de las hazañas más grandes del fútbol español.
Encontrarse con un grupo desmoronado por sólo ganar 1 juego de 12, donde gran parte del grupo no tiene relación contractual a largo plazo con el equipo ya que son jugadores cedidos por otros clubes, y generar un nivel de compromiso y entrega como el que logró Javier Aguirre con los jugadores es más que loable. Si a esto se le suma que, en menos de dos meses, un grupo que recién encontraba su rumbo, recibe el golpazo de perder a sus dos mejores jugadores, para tener que volver reinventarse en su lucha por el complicadísimo objetivo, la dificultad de la situación aumentó exponencialmente.
Tan buena fue la labor de Aguirre, que, si la temporada y el descenso se definieran únicamente por su paso al frente del equipo, Leganés se habría salvado hasta con margen de 4 plazas, al haber logrado rendir mejor que otros 7 equipos durante los 26 partidos que dirigió.
Osasuna, Atlético de Madrid, Zaragoza, Espanyol y ahora Leganés. Dejando de lado algunos bochornosos pasajes extra cancha ya solucionados, decir Javier Aguirre hoy en el futbol español, significa hablar de un gran técnico, respetado, carismático, profesional, y que además cuenta con un discurso de convencimiento capaz de sobrepasar el rendimiento esperado de los equipos y los jugadores.
El Vasco está cortado con una tela distinta al molde del entrenador mexicano, se rehúsa a estar en zona de confort, no le saca a los proyectos imposibles, da la cara y asume responsabilidades de cosas que no fueron parte de su gestión, y por último, uno de los detalles personales que más lo han ayudado a lo largo de su carrera, no le intimida la barrera de los idiomas, permitiéndole experimentar el trabajar en países como Japón, Egipto y Emiratos Árabes Unidos.
Seguramente la siguiente temporada estaremos escuchando sobre el nuevo equipo en aprietos que busque los servicios de Javier, que para muchos es considerado el entrenador mexicano más exitoso de la historia. Enhorabuena Javier, porque a pesar de no haber logrado un objetivo que no era realista lograr, te levaste el reconocimiento general de todo el futbol español hacia tu trabajo, y además, como buen líder que eres, nos brindaste una historia real de motivación a todos nosotros, mostrándonos que, a pesar de estar en algo tan complicado como esta crisis de Covid-19, por más obstáculos que se nos presenten y sin importar lo cuesta arriba que parezcan las cosas, se tiene que luchar y buscar salir adelante en todo momento.
