Por: Ricardo Gaviño Cárdenas
El Gobierno del Estado, en colaboración con sus diputados locales, es decir, todo el Congreso, emitieron una reforma de Ley en la que obliga a las personas físicas y morales a pagar un impuesto por la generación de gases contaminantes.
Días después el Congreso del estado de Tamaulipas tuvo una reunión con la intención de reformar la Ley de Hacienda en Tamaulipas, con la finalidad de establecer un cobro a las personas o empresas que emitan gases a la atmósfera.
No es que esté en contra de la generación de las políticas verdes. Pero se han visto en la necesidad de generar contenido mediático sin saber hacer las cosas. Y es que la realidad de todo esto, es que la supuesta iniciativa sigue estando muy ambigua y con mucha falta de tecnicismo… ¡Le falta estructura y fundamentos legales!
Lo alarmante de esto, es que si fuera así, cualquiera de nosotros como ciudadanos, estaríamos siendo afectados por esta nueva ley. Ya que muchos de nosotros, tenemos automóvil y generamos gases contaminantes, existen en nuestro hogar productos que tienen un impacto a la atmósfera, tan fácil como una carne asada genera dióxido de carbono, así de fácil.
Una ley como esta, en estricta teoría, también tendría impacto con los taxistas, al transporte urbano, a los agricultores, pescadores y otros tantos grupos que representan a Tamaulipas.
Pero la realidad es que esto no es nada más que el enfrentamiento que tiene el gobierno estatal con el federal. Ya que, según declaraciones, las primeras empresas afectadas son la Comisión Federal de Electricidad, Petróleos Mexicanos, proveedores y supuestamente algunas empresas del sector. Ósea, una declaración frontal contra la federación.
La realidad es que antes de estar pensando en buscar generar más impuestos, hay muchos problemas por los que está pasando el estado: la falta de trata de aguas residuales, la contaminación de los ríos y mantos acuíferos, la falta de rellenos sanitarios (solamente dos municipios en el estado tratan sus residuos), una correcta red de distribución de agua potable y entre otras tantas más. Todos estos temas también son políticas que tienen un impacto en los acuerdos internacionales y no se hace nada por tratar de erradicarlos.
En conclusión, los conflictos entre los poderes no traerán nada bueno para el estado. No estamos en un momento como para ver quien tiene más poder, si la federación o el estado. Al contrario, lo que necesitamos ver una coordinación adecuada de parte de los tres niveles de gobierno para enfrentar la crisis de salud y la crisis económica que nos está dejando la pandemia.
Es importante dejar a un lado la división. Las políticas se elaboran en base al bien de la ciudadanía y no para fines electorales.
