por: Nazario Assad
Hace algunas semanas se anunció la vuelta del futbol mexicano, a manera de un torneo amistoso de pretemporada, con el nombre de COPA GNP POR MEXICO. Este torneo llega por creación de las televisoras, Televisa y TV Azteca, quienes entendiendo las pérdidas millonarias que han tenido a raíz del COVID-19 que terminó suspendiendo el torneo, se encuentran en la necesidad de nuevos eventos para recuperar, aunque sea una pequeña parte de lo perdido en este periodo.
Juntando a 8 de los equipos los cuales ellos tienen los derechos de transmisión, lograron juntar para este torneo como participantes al América, Guadalajara, Cruz Azul, Pumas, Toluca, Atlas, Tigres y el recién llegado a la liga, Mazatlán FC. El torneo constará de dividir a los equipos en dos grupos que jugarán únicamente en dos sedes de acuerdo a su situación geográfica, el Estadio Universitario en CDMX para los capitalinos y el club mexiquense, y el estadio Akron en Guadalajara para los tapatíos, regios y sinaloenses.
Inicialmente esto parecería como una buena noticia, una luz al final del túnel, y una pequeña muestra del regreso a la normalidad deportiva en nuestras vidas, pero antes los hechos recientes que se han visto estos días, este torneo parece más una irresponsabilidad, y una terquedad monetaria de las televisoras ante la falta de material que han tenido estos últimos meses, donde han tenido que transmitir hasta a sus propios comentaristas jugando videojuegos entre ellos para llenar las horas de contenido en sus canales.
Contrario a las medidas que se han adaptado en tanto en las ligas europeas, como en las ligas de Estados Unidos, donde incluso acciones como cortarte el pelo, salir a comprar un cepillo de dientes, o hasta bromear con la seriedad de la enfermedad en redes, le han costado sanciones económicas y deportivas a los jugadores, con el propósito de lograr satisfactoriamente un ambiente controlado y libre de virus, aquí en México nos hemos enfrentado con cuestiones mucho más relajadas que no nos hacen más que pensar en lo negativo que puede resultar esto.
Hemos podido ver durante esta cuarentena muchas actividades irresponsables tanto de parte de jugadores como de ciertos equipos. Dentro de los jugadores, hemos visto a algunos realizando fiestas como lo fueron Jonathan Orozco o Felipe Pardo, otros yendo a arrancones en otras ciudades como Gerardo Arteaga, y para terminar los mismos equipos como Atlas y Cruz Azul que se ponen a viajar a otras para trabajar, incluso antes de saber los resultados de las pruebas realizadas en sus jugadores.
Justo el pasado sábado, Cruz Azul acaba de anunciar 8 casos positivos de Covid y otros 7 indeterminados en su plantilla, resultados que conocieron cuando ya estaban concentrados todos los jugadores, por lo que podrían darse más positivos en los días siguientes. El entrenador, Robert Dante Siboldi, uno de los afectados, incluso ha reconocido que su equipo no está para jugar ni 40 minutos, pero que seguirán adelante con su participación en el torneo, una muestra clara de lo irresponsable y forzado que está esto.
A pesar de que algunos clubes han estado trabajando muy bien durante esta pandemia para mantener lo más alejados a sus jugadores de problemas. Rayados y Tigres en Monterrey son grandes ejemplos de ello, apoyados con toda la solidez y seriedad que les representa una organización líder en el tema a nivel mundial como lo es TecSalud, del Tecnológico de Monterrey, o clubes como el Guadalajara que realizan constantes pruebas a sus jugadores, desgraciadamente no todos los equipos laboran igual, dejando muy incierto cualquier panorama futuro para la LigaMX.
Si le queda algún gramo de sensatez (que no la han tenido mucho últimamente) a los dueños de la pelota, que también son los de la televisión nacional en este caso particular, este torneo debería cancelarse por completo (aunque sabemos se acabará jugando). Por algo se canceló el Clausura 2020, simplemente no hay las condiciones necesarias en el país aún para volver a estas actividades, al menos no bajo los cuidados relajados que se han estado teniendo.
Y que esto no se mal entienda, somos los primeros que queremos ver al fútbol mexicano de regreso, poder volver a ver a nuestros equipos, festejar algún gol de ellos, y revivir todas estas emociones, pero a día de hoy, es imposible hacerlo sin estar exponiendo a los jugadores, entrenadores y staff de dichas instituciones, quienes también como profesionales tienen derecho a laborar bajo condiciones seguras, con la mayor certeza posible de que los riesgos de contagios serán mínimos.
Esperemos estos hechos recientes cobren algo de conciencia en los organizadores y al menos se refuercen las medidas de prevención de contagio al máximo, y que no les gane lo económico ahorrando en cuidados para obtener más ganancias de la organización de este torneo que puedan derivar en poner en riesgo el torneo regular que se jugará a partir del 24 de julio. Los aficionados, periodistas, y todos los trabajadores de esas instituciones que gozamos de este espectáculo deportivo llamado fútbol en México, merecemos como mínimo es de su parte.